una víscera propulsora.
error, y en vez de rendir culto al poderoso cerebro de Cristo, se lo tributa Los experimentos verificados con el pletismógrafo psicómetro, han dado interesantes resultados, y de aplicación práctica muy ventajosa, especialmente en el ramo de la criminalogía. Si sometemos, por ejemplo, dos individuos un examen simultáneo, con el fin de conocer el grado de su versación en una materia de estudio, la disposición natural que posean para cierta clase de conocimientos, el aparato indica ias diferencias de capacidad del uno con relación al otro. lo mismo que registra las sensaciones conscientes, también registra las de earácter subconsciente, es decir, aquellas que pasan desapercibidas para los mismos que las experimentan.
De treinta años esta parte la psicología ha realizado progresos de un valor incalculable, y de especulación metafísica que era hasta el año de 1878, ápoca en que Wundt fundó en Alemania el primer laboratorio de psicologia experimental, entró en la categoría de los estudios positivistas. El célebre Charcot por ese mismo tiempo, con sus experimentaciones sobre psicología mórbida, y Ribot, infatigable obrero de la ciencia, encauzaron en Francia ese gran movimiento revolucionario científico, cuya fecundidad, en estos últimos tiempos, presenta un grado de extraordinario desenvolvimiento, especialmente en los Estados Unidos, el país de los grandes esfuerzos, en donde tienen ecos prácticos y resonancias mundiales todas las conquistas de la humana inteligencia.
La clásica Italia, tierra de las fulguraciones artísticas y de la sempiterna civilización, lejos de doblegarse al peso ponderoso de sus glorias y de aquietarse en la contemplación de sus triunfos geniales, empuña con mano vigorosa el estandarte de la ciencia y ostenta con orgullo una legión de Allí descuella Lombroso, el gran revolucionaaio, cuya audacia franca y resuelta ha conmovido hasta lo más hondo los vetustos convencionalismos del misoneísmo. Su visión penetrante ha traspasa lo envolturas corporales y comprobado con minuciosas estadísticas la relación constante entre la normalidad estructural orgánica y las buenas inclinaciones de los in dividuos. Hasta tal punto ha llegado la profundidad de sus preciosas observaciones, que hoy puede decirse sin riesgos de exageración, que tal organismo corresponde determinada personalidad. no se piense que en esta conclusión haya un fondo de fatalidad, porque toda vez que el hombre adquiere el conocimiento de un fenómeno, así mismo se capacita para influir con eficacia en su pro en su contra, ya sea contrarrestándolo cuando le es adverso, encauzándolo cuando le es propicio.
Si las facultades del intelecto, como lo suponen los escolásticos, dependiesen de causas extrañas inmateriales, entonces sí sería cierto que la fatalidad anularía todos nuestros esfuerzos y estancaría todos nuestros propósitos. La voluntad, por ejemplo, seguiría dictando sus órdenes arbitrarias y antojadizas, sin que el hombre pudiese, como lo puede, mejorar esta facultad, que es la energía de reacción activa y cuyo poder depende de la calidad de nuestros organismos y de las circunstancias múltiples del medio cósmico.
De las consideraciones que dejames expuestas, acerca de la naturaleza física de todos los fenómenos volitivos, se deduce como consecuencia legítipensadores.
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