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ma, la gran frase sintética de Ribot: El yo quiero hace constar una situación, pero no la constituye.
Ya, pues, sin los inconvenientes de la libertad moral y convencidos de que el aparato sensorial del hombre no puede sino experimentar y reproducir sensaciones netamente físicas, bien podemos entrar considerar las manifestaciones de la evolución télica y señalar sus diferencias significativas con la genética, guiados por los estudios de Lester Ward, sociólogo ame.
ricano de méritos indiscutibles y sobresalientes. Cuando consideramos la evolución humana dice el citado sociólogo llega ser evidente que entraña algo más de lo que supone la evolución de los seres irracionales. En cuanto llegamos a la esfera social encontramos el aspecto télico del asunto. Todavía se trata de desenvolvimiento y evolución, pero se advierte la intervención un nuevo principio distinto del genético, el cual en todas las formas inferiores del progreso social desempeña el papel director. Por esta razón, es natural que el sociólogo aspi.
re a terer una terminología que indique claramente esa importante distinción. Que mucha parte del progreso social consiste en mera génesis, no hay duda; pero la mayor parte de la evolución humana no es génesis. Se necesita un término para expresar esta mayor parte de la evolución social; tan apremiante es esta necesidad, que estimo justificado esforzarme por en contrarlo introducirlo. Tenemos va la palabra teleología, antes empleada exclusivamente en un sencido teclógico, pero que ya he demostrado que es aplicable la actividad humana. Esto supuesto, tenemos el abjetivo teleológico, que puede bastar para el objeto; pero hay una forma abjetiva más bre.
ve: télico que es preferible teleológico, y tiene la ventaja de poder convertirse en el rombre de una ciencia: télica, según la propuesta del doctor Small. Estas dos palabras pueden ser fácilmente opuestas genético y ge.
nética, y de ese modo se facilitará grandemenre la expresión de una amplia serie de ideas con las cuales tiene que habérselas constantemente el filósofo social. La única laguna aquí sería la de un término similar antitético que oponer génesis, para indicar de una manera distinta el proceso social que resulta de la aplicación del método indirecto, intelectual télico. Para suplir la falta de semejante término propongo hacer revivir la forma griega de télesis, dándole la significación adecuada.
Hasta aquí la muy importante aclaración preliminar del investigador americano, cuyo estudio se debe la evidenciación de una de las más importantes fases de la evolución intelectual.
La inteligencia, como todo lo existente, también está regida por las le yes universales; pero, su capacidad es tan abarcadora y tan extraordinario su desenvolvimiento, que de efecto que es, ha pasado a la categoría de cau.
sa de influjo decisivo; ha venido convertirse en aliada poderosa de la evolución genética. Su pujanza transformadora alcanza en la actualidad proporciones inmensas, y, de conquista en conquista, ha venido asegurando para la especie humana una preponderancia irresistible.
Ya el hombre télico no es el juguete indefenso del medio cósmico. Su espíritu calculador ha penetrado hasta el corazón de los secretos de la naturaleza; ha conocido el mecanismo de producción de infinidad de fenómenos, en un principio inexplicables; ha formulado leyes científicas y realizado des.
cubrimientos preciosos. Sus insaciables ambiciones no se cansan de ateso3118

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