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en donde siempre impera el gobierno individual y despótico, aun en las sedicentes repúblicas de la América tropical; al paso que las rebeliones son rarísimas en Inglaterra, en Francia, en América del Norte y en Alemania, donde, por el contrario, ha habido grandes revoluciones.
Estas referencias son suficientes para nuestro propósito de hoy; pero como creemos que la importancia del clima es tan decisiva en los fenómenos sociales, haremos mención de algunas de nuestras observaciones personales, para que se aprecie debidamente esta causa y se le asigne su verdadero valor.
En Girador (Colombia. puerto de mucha importancia sobre la margen del río Magdalena, conocimos y tratamos a dos jóvenes americanos, ingenieros topográficos muy competentes, llegados ese lugar como empleados del ferrocarril. Durante los dos primeros años de permanencia fueron modelos de consagración y de temperancia; pero la constante influencia de 350 grados de temperatura, poco a poco fué desmejorándoles. Cuatro años más tarde los hallamos radicalmente cambiados: ya no eran diligentes ni pulcros en sus costumbres: el libertinaje y el aguardiente los habían degradado hasta el extremo que la empresa, después, se vió en la necesidad de despedirlos como elementos perniciosos.
Todavía recordamos con placer la figura típica de un inglés, minero técnico y gran trabajador, a quien le dió por hacer gemir una guitarra entre sus manos hercúleas. Este hombre era un estoico completo y un coluso para las faenas; sin embargo, el calor y la humedad del clima en poco tiempo desvirtuaron su energía y la seriedad de su carácter. Cuando llegó, como jefe de los trabajos en las salinas de Cumaral, se admiraba de la poca cantidad de trabajo que producía el bracero indígena; más tarde él mismo notó su desfallecimiento y dió en la indolencia artística; pero como era hombre de buena inteligencia, no vaciló en abandonar ese medio enervante para repatriarse. Meses, después de su partida, un amigo nos enseñó una carta, en la cual el citado inglés hablaba de lo perjudicial que le había sido el clima tropical y del nuevo trabajo de adaptación que tuvo que experimentar, para adquirir los rasgos de su primitiva personalidad, Los estudios de sociología en relación con la influencia climatérica, están llamando la atención de los hombres de Berg (americano) sobre la naturaleza del clima y las opiniones políticas. Sostiene el autor, con juicio y razón, que el republicanismo en los Estados Unidos, es una resultante de la variabilidad y sequedad del clima, y que la humedad desarrolla el conservatismo. La guerra de secesión le da pie para la demostración de su aserto.
La influencia de raza también juega un papel importantísimo en los fe.
nómenos evolutivos. Basta saber, como se sabe, que las condiciones y los defectos se trasmiten de padres hijos, para convenir en que las leyes de la herencia también tienen su efectividad en la vida colectiva. Los ejemplos este respecto son tan conocidos, que no hay para qué insistir en una de.
mostración, que podría herir suceptibilidades infundadas excitar tontas pretensiones.
Estas causas y otras muchas de influencia manifiesta ya no son para el hombre télico factores incontrarrestables, porque ha venido estudiandolas con grande atención, para dominarlas con la inteligencia para rehuir sus perniciosos efectos. Los progresos realizados por los americanos en países ardientes y malsanos, nos inclinan creer que con el tiempo, y gracias a los 3121

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