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con el misino apasionado empeño con que se solicita de la mujer amada la caricia furtiva, que endulza el alma y enciende en el pecho la chispa del deseo, la tímida promesa de amor que envuelve la felicidad, son el testimonio irrecusable de que el trabajo idealizado por el arte, aprisiona, dentro de la plasticidad de sus producciones, como el poeta en sus estrofas, las más bellas concepciones de lo ideal, interpreta con inimitable encanto las quimeras que embriagan el corazón ó, con despótica fiereza, las frías realidades que enturbian la diafanidad del alma.
El titánico poder de los romanos ahogó entre sus músculos de hierro la floreciente nacionalidad helena, pero no pudo eclipsar la deslumbradora civilización, producto de un pueblo que cedió ante el empuje salvaje de la fuerza y del número, por que al desgarrarle el cuerpo, el alma que estaba embalsamada con la esencia de sus bellas concepciones exhaló el aroma de sus conquistas ideales y saturó con él el ambiente que debían seguir respirando los que, alarrancar de sus manos el cetro del poder material y las insignias de nación independiente, debían convertirse en los heraldos de su civilización, en los mensajeros de sus ideas, en los guardadores de sus reliquias, en los propagadores de sus luces y en los pregoneros de triunfo en el terreno del arte y de la ciencia. Los soldados de Roma despojaron de sus mejores galas las ciudades que en un tiempo fueron emporios de riqueza y templos del saber; hicieron botín de guerra de todo lo que el genio de Pericles acumuló en Atenas, pero de este acto vandálico salió bien librada la hermosa labor que el genio de los griegos aportó la civilización y progreso humanos, porque no fué otra cosa que un traslado de sus bellas conquistas a la capital del mundo antiguo, convertida luego en amplio anfiteatro donde siguieron irradiando la luz de sus portentos, el cerebro privilegiado de sus sabios y filósofos, y exhibiendo sus maravillas el genio creador de sus artistas.
El carácter y tendencias de la dominadora del mundo antiguo necesitaban también un intérprete que diera forma material sus impulsos. le prestara eficaz ayuda en la obra gigantesca de someter su poder el mayor número de pueblos, y éste no podía ser otro que el trabajo: en efecto, él coadyuvo la ambición de grandeza y sed de poderío de aquel gran pueblo, dotando las huestes de los Césares y de los Escipiones de todos los elementos bélicos conque sus trabajadores aumentaron el poder avasallador de las legiones romanas, pero como su concurso no podía ser patrimonio exclusivo de sólo unos, aunque fueran éstos los favorecidos por la fortuna, sino que ha pertenecido siempre a todo lo que abarca el radio de las actividades humanas, vemos el contra que ofrece su ayuda, prestada también para levantar obstáculos que retardaron la marcha triunfal y mermaron el empuje irresistible de sus ejércitos, en los trabajos que el genio de Arquimedes ofrendo para hacer más efectiva la heroica resistencia de los soldados de Hieron en la plaza de Siracusa.
Existe una ley que todo lo rige, que determina el avance de los hombres y de los pueblos, dividiendo su existencia en períodos, que en ambos se cumplen igualmente. la infancia, la plenitud de la vida. la vejez y la decrepitud; obedeciendo ella, cayó Roma para que de sus despojos se levantaran otras naciones, que, siguiendo sus huellas, de bían emprender la marcha ascendente camino de su apogeo. fué España, la patria del valor y de las quijotescas aventuras, la heredera de la prepotencia romana. En el momento de su auge se irguió para con3133
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