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y otros en que la viña no prospera, hay individuos en que la tisis se desarrolla fácilmente y otros que han adquirido la inmunidad para la fiebre amarilla.
Los lugares húmedos, oscuros y calientes son muy favorables para la pululación de los microbios; la luz, por el contrario, es su mortal enemigo.
Unas horas de sol matan la mayor parte de las bacterias por lo menos las de jan muy mal paradas.
Tampoco sobreviven la temperatura del agua hirviendo. Sin embargo, hay algunos que la resisten. Por eso se emplean unos aparatos, los autoclaves, en los cuales la temperatura puede elevarse 115 120 grados. Ningún germen resiste estas temperaturas mantenidas durante un cuarto de hora: los objetos, algodón, instrumentos, bandas etc. que han pasado por los autoclaves están esterilisados asépticos, esto es, absolutamente privados de microbios.
No solamente la luz y las altas temperaturas son sus enemigos; existen muchas sustancias que los destruyen y llamados por esto microbicidas antisépticos, tales son, el ácido fénico, el nitrato de plata, el solimán sublimado corrosivo, el formol y muchas otras. La mayor parte de estas drogas son tosigos para el hombre. Lo inverso no es siempre cierto, así por ejemplo, con la dosis de morfina suficiente para envenenar cien hombres, no se matarían los microbios de una taza de agua.
El frío también les es adverso. Por eso las carnes y frutas se conservan en el hielo y la putrefacción no se conoce en las regiones polares.
No obstante, algunos gérmenes se conservan bien en el hielo, pues los microbios saben dormir y ayunan cuardo no pueden pasarla mejor En la capa exterior del hielo es donde están la mayor parte de los microbios; la parte central, más blanca, es casi estéril y su consumo ofrece por consiguiente menos peligro.
Trasportados un clima menos riguroso los microbios despiertan de su letargo, recobran su virulencia y se reproducen dividiéndose cada germen en dos partes, que forman dos nuevos individuos, éstos su vez se dividen en otros dos y aumentándose en progresión geométrica un solo germen puede dar en algunas horas millones y millones Para que un microbio exista es pues necesario que otro microbio le haya dado la vida, no se desarrollan jamás expontáneamente. De la misma manera que la aparición de gusanos en una guayaba, es imposible si el insecto no ha deslizado antes los huevos que han de originarios, así, no veremos nun ca aparecer la putrefaccióu cualquiera otra de las manifestaciones de la vida bacteriana, sin el concurso de los microbios. Este es precisamente, el principio de la fabricación de conservas alimenticias, de la desinfección de locales, de la profilaxis de las enfermedades, etc.
Con modo tan rápido y expedito de reproducción como el que tienen los microbios, bien puede imaginarse el lector lo que sería de nuestros pobres cuerpos, si no tuviésemos algún medio de defensa contra enemigos que pululan en el agua que bebemos, en el aire que respiramos, que existen por millones, en la tierra, en los instrumentos de trabajo y que pueden además invadirnos por cualquiera herida, aun por la insignificante picadura de una aguja.
Felizmente estamos armados para combatir tan sutiles adversarios. En nuestra sangre circulan millones de glóbulos blancos, vigilantes soldados, siempre en movimiento, que se lanzan sobre los microorganismos invasores, los envuelven, se los tragan, los digieren, reduciéndolos la impotencia.
Nada tan interesante como uno de estos combates entre las bacterias de un lado y los fagocitos así se llaman esos glóbulos blancos del otro. Cuando estos últimos llegan en suficiente número y atacan con den uedo las bacterias no tienen tiempo de reproducirse perecen tragados por sus enemigos. Pero ay de aquel, cuyos fagocitos no tengan decisión y prontitud en el ataque! Los gérmenes, cada vez más numerosos, segregan venenos violentísimos que paralizan al enemigo, y el enfermo, entre la vida y la muerte, libra en su organismo, sin sospecharlo, encarnizada batalla, de cuyo resultado depende su salvación Qué hace la medicina? Sostiene las fuerzas del enfermo para ayudarle vencer la infección, le administra medicamentos que sean adversos los micro31. 48
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