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ro señor de Amaral Murtinho. Desde las columnas de Páginas Ilustradas suel.
to un par de palomas para que vayan mensajeras simbólicas a desgranar un haz de azahares y un idilio de arrullos junto a la gentil Adita mientras llega el momento de entonar un psalmo las nupcias de la apreciable pareja próxima hacer velas ha.
cia las playas del Amor en donde les habrá de brillar perpétuamente el Astro de la bienadanza.
Cleopatra, tú venciste Marco Antonio con tu belleza, Adita a su prometido con su donaire, sus virtudes y su talento.
Funeraria. Un alma en botón, un capullo de nardo fué agostado por la Muerte: Rosarito Jurado. Sumaba apenas dieciséis navidades; cuando la vida es más amable: cuando los crudos desengaños de las realidades no han hecho germinar, en el sendero de la existencia, los cardos de la desesperanza ni la zarza de las dudas; cuando el amor ofrenda la juventud un cáliz colmado de delicias; cuando todo se mira al tra.
vés de un prisma rosado y la vida se presenta como una visión kaleidoscópica y risueña.
La dulce niña Jurado murió cuando el silfo de sus más brillantes soñaciones vestía traje de candor como las garzas; cuando el porvenir se le manifestaba tapizado de gardenias aromosas y de lirios.
Siemprevivas para su tumba.
Arte. Se me ha asegurado que pronto, muy en breve, se abrirá la pública admiración la Escuela de Bellas Artes. Alli iremos, deseosos de impresiones gratas al nervio sensorio, extasiarnos, en muda contemplación, ante un jarrón de azucenas castas, ante la cabeza picaresca de un sátiro risueño y de ojos malignos, de un sátiro que nos haga evocar un paisaje arcadio cuajado de arrayanes y cinamomus; ante un festón de duraznos y mazorcas. Allá el dibujo de una quinta que se retrata en un lago soñoliento; allí una cabeza de can o de un asno semifilósofo tal vez la del asno del doctor Pandolio; más allá un albo cisne al óleo poniendo el cuello en forma de y acullá una cabeza de estudio de algún anciano venerable quizá la de Bolaños¿Por qué Bolaños no habría de ser merecedor de una efigie hecha por la mano perfumada y bella de María Aurelia Castro?. Bolaños es digno hasta del pincel de Goya.
La Eseuela de Bellas Artes se abrirá pronto, y ella irá el cronista de Páginas Ilustradas soñar con las Madonas de Rafael, con las cabezas de Ticiano, con la maravillosa paleta de Velásquez y con los sombrios pinceles de Rivera; allá irá el eronista de esta revista deshojar las flores de su admiración a las plantas de las gentiles artistas del color y de la línea discipulas dei maestro Povedano y Arcos. Irá soñar con las majas y las chulas, con las navajas ebrias de sangre, con el manzanilla que canta Rueda y que es espíritu de fuego en las verbenas, con las zambras que incendian y avivan los sentidos y hacen palpitar la carne, con los toros bajo un sol canicuJar, con las panderetas de los antiguos cingaros y las gaitas asturianas. Soñaré con los arabescos de la Alhambra cincelados por los artistas moros y me detendré ante un carcomido busto encontrado en las ruinas de Pompeya, y, al través del cristal de mi fantasía, veré cayendo las candentes erupciones del Vesubio y veré Herculano en las llanuras de Campania y fantasearé con las magnificencias del Erna arrojando sus escorias sobre Sicilia y sus ramilletes de fuego al infinito.
El poder de sugestión del pincel es asombroso.
Ante una pincelada azul yo he soñado con el cielo de Bizancio, con las ondas del Tirreno y con los ojos de una rubia de Laponia.
Lisimaco Chavarria 3190
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