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Acuarelas De los labios Ante ei cuadro premiado que tanto nos seducía, el Maestro contónos: Este cuadro es real. Yo ví los dos amantes en el campo solitario mar.
char unidos del brazo; ella siempre bella; él siempre bueno.
En el sendero florecían las manzanillas color de oro y desde sus tallos en hiestos, entre el ropaje verde oscuro de sus hojas, aromaban el aire las garde nias. El horizonte de la vasta llanura permanecía limpido, y sobre el azul im р si di SC сі de tis la TRABAJO DEL MIO NUOMO MARTILLO PRANOICO MELENDES VE pecable del espacio no se dibujaba entonces un solo celaje, ni aún parpadeaban con ansias de vida, las estrellas de la tarde.
El canto agudo y monotono de un grillo, oculto en la grama, quebraba ratos el silencio, triste y adormecedor.
Él entonces la dijo con voz tenue y dulce: Te quiero mucho; tanto como la luz al sol. ella, toda ruborosa, repuso. Sí, amémonos; la vida sólo por el amor es soportable. su cuerpos se estrecharon; sonó el chasquido de un beso largo en que habia convulsiones robustas de vida, beso que se daban labios repletos de sangre 322

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