Buen padre de familia y esposo amantísimo dice su companera: Vuelvo de la faena, vuelvo ansioso de descansar mi frente fatigada, sobre tu dulce sen tembloroso como sobre una palpitante almohada.
Traigo un manojo de sonrientes flores ataviadas con perlas de rocío, nacidas bajo el sol de tus amores en el jardin del pensamiento mío; Qué ofrendas puedo hacerte más valiosas que las frases de amor, que tanto estimas mojadas en la esencia de las rosas, de las rosas fragantes de mis rimas?
Nuestras ansias son unas, ansias buenas, sencillos y poéticos anhelos.
Nuestra dichas son unas, nuestras penas siempre se funden en los mismos duelos.
Es nuestro hogar un campo, en él la aurora hizo la siembra de cariños fijos: un sol de libertad, calienta y dora esas rubias espigas: nuestros hijos. aunque nos hiera sin piedad la suerte y en torno nuestro hogar ruja la pena, tú siempre me hallarás altivo y fuerte, yo siempre te hallaré constante y buena, Socialista de la buena cepa, aspira Zeledón que la patria del hombre sea la tierra toda sin distingos de razas ni banderas. he aquí como canta tan bella aspiración: Amores que se agrandan, que se inflaman y buscan tras los límites estrechos de nuestros horizontes, otros pechos lejanos que palpitan, que reclaman el concurso de nobles entusiasmos para esa comunión de las conciencias que ha de borrar las torpes diferencias de razas y naciones escritas con la sangre de los pueblos en el trapo fatal de sus pendones. para formar la patria verdadera, la Patria Universal, la patria hermosa que tendrá por bandera 3215