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tan enérgica! Cuando supe su compromiso matrimonial, le dije Mailly. Debe estar muy orgulloso de casarse con una niña como Pacífica. lo cual me contestó él con mucha calma. Yo lo sé muy bien, Van Dam, que es la mejor niña del mundo! M. Van Dam sacudía la cabeza, como buscando como comprender el horrible inexplicable crimen!
Ramón Zelaya Para siempre. Próspero Calderón Esa tarde.
hasta la natura lloró sus plumas blancas.
Hube de cruzar una calle toda horrible y misteriosa y salpicado de nievetoque la puerta.
Ella salio; y con el mismo amor de siempre, paseo sus finas manos por mi frente helada; luego sentí en la boca, la seda sutil de una caricia como la de un pétalo de guaria.
Pasamos al salón.
No sabía la pobrecita. que para otras playas partía; que me íba despedir. quizás para siempre de esa criatura que tanto me amaba.
Hablamos. hablamos mucho.
Yo: tristísimo nervioso.
Ella: maliciosa escudriñante. Pero, qué te pasa. me dijo al fin. Nada le respondí palideciendo. Es que eh! nó. Si. que quiero.
un Nocturne. Con mucho gusto. De Chopin. Sí, linda: el más amarg, el que exprese. algo así como ilusiones perdidas. el que más nostalgias cante. bajé avergonzado los ojos como que nunca había mentido. divinólo todo. llorando acongojada bailó el mar.
fil de sus dedos, por el marfil de las teclas Lluvia de armonías. dolorosas.
gemebundas.
En mi locura y turbación producidas por la tristeza, hojeaba un libro, que al entrar, había visto sobre una consola de cedro, Era de Edgardo de Edgardo Poe.
Me detuve en la página de El Cuervo y fuílo leyendo poco a poco. al compás de la lúgubre armonia.
Sublime momento!
Dos almas grandes. unidas por la amargura!
Chopin y Poe contándose sus desdichas. El uno: en el sentir de una escala.
El otro. en el sentir de una estrofa. concluyó el Nocturno.
en un apagado morendo. se extinguió en mis labios.
el Nunca «Vunca más» del poeta, con el nostálgico recuerdo de la seda sutil de una caricia como la de un pétalo de guaria.
Gonzalo Sánchez Bonilla 3229
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