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Gotas amargas VI cen pla hor la. el aso hat ma ther me cia but gu La historia de aquel muerto. me interrogas. No ves que su recuerdo me aniquila. Dios oculta los hombres sus designios! Es horrible el misterio de la vida! enjugando una lágrima el soldado, calma quiso mostrar con la sonrisa que era sólo disfraz de la amargura que abrió en su corazón profunda herida. luego prosiguió. Por un tirano que hizo del pueblo desgraciada víctima, tuve que asesinar en la batalla otros tal vez que como yo sufrían.
En lo reñido del combate rudo pensaba en mi adorada viejecita que allá en la choza, con su fe en el cielo roga ba Dios por mi salud y vida.
Vino la noche. y en ropa je negro el campo de la muerte se envolvía: así mi corazón, en la tristeza del ay. que lanza el infeliz que expira.
Cesó la lucha, y en un lago rojo de sangre que inocente fué vertida.
contemplé un moribundo que exclainaba. Adiós, madre del alma! iay, madre mía. Dos lágrimas cual gotas de rocío que suave mece la nocturna brisa.
temblaban en sus párpados ya vertos como en el cáliz de una flor marchita.
doi per pes ido pre ple COE de ins הום un ál Ce etc sar tie un do ות ne fre SI bt ne gt ba ve qu se Cuenta después la madre de aquel muerto que en las noches oscuras y más frías, liega una sombra visitar su choza y estampa un beso helado en sus mejillas; Mientras escucha al borde de su lecho, con el sordo estertor de la agonía, una voz que repite tristemente. Adiós, madre del alma! jay, madre mía. Tr се BE2DESBORD ct Daniel Dreña Febrero de 1908.
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