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á la postre, nosotros pertenecemos al sistema sular cuyo foco es España, la que, al darnos vida, nos trasmitió con ella, por ley de herencia, su mentalidad y su modo de ser. Sea, sin embargo, como fuere, esta colectividad de hermaniticos presenta peculiaridades que la distinguen no poco y de sus congéneres.
Los que lean El Primo tropezarán cada paso con ellas en medio del barullo cosmopolita que, aqui como aeullá, forma la gente cuando para fines sociales se reúne. Fácil cosa es tal vez situar una narración en un lugar Heterminado del globo y poner en juego los personajes que han de mangonear en ella: lo difícil es caracterizar el medio de suerte que no se confunda con otro y hacer que los protagonistas piensen y hablen con arreglo a las influencias que obran en ellos. Esto último es lo que Cardona ha logrado hacer al escribir la novela costarricense titulada El Primo.
que la literatura nacional tiene el deber de recoger y guardar como oro en paño.
Bastante han censurado los criticos la propensión a tratar asu tos que no se relacionen con el sér con la modalidad del pueblo que el escritor pertenece: la verdad, los escritores de la América Hispana se refocilan por lo general en un exotismo no pocas veces extravagante y aun falso; por lo que hace nosotros, aqui también ha tenido cultivadodores la literatura decadentista; pero su influencia sólo ha contaminado unos pocos espíritus superficiales o sin cultura. No es que yo sea partidario de la teoría literaria según la cual los escritores y poetas sólo han de beber inspiración en las fuentes que un pegasocriollo hice brotar en el terruño pativo, no: a un cerebro pujante no le está vedado penetrar con la antorcha del saber en las minas de países remotos y aun pulir y engastar en rico joyel las piedras preciosas que de ellas extraiga. El arte es universal. No ha sido de Oriente de donde Pierre Loti ha extraído las perlas más brillantes de su literatura? Lo condenable es solamente lo falso.
Pero si recordamos las tradiciones de Palma, en que la majestad de la tizona se cunfunde con el tonelete del indio. Tabaré, de Zorrilla de San Martín, el canto grandioso en el cual suenan con honda melancolía las últimas voces e la raza aborigen. hemos de convenir en que el subsuelo de América tiene filones cuya explotación debe emprender el americano antes de lanzarse la ven tura por esos mundos, en persecución de los países azules que el decadentismo ha inventato para formar su quimérica geografia Qué demonio. Necesito acaso Pereda salir de la Montaña para escribir cosas que por su hermosura y sublimidad, suspenden el ánimo? Todo el hito está en tener ingenio.
Entre nosotros se ha ensayado con bastante fortuna la explotación de los veneros nacionales: Manuel González ha escrito cuentos en que, si bien se ha exagerado la nota de lo vulgar, se destaca con cierta exactitud el tipo bahuno del pueblo; Joaquin Garcia Monge ha penetrado en esferas más amplias de la vida nacional, de que es moto un interesante reflejo: Claudio González ha presentado El hijo de un gamonal, novela formada con ele mentos pertenecientes al solar de nues tros mayores; Ricardo Fernández Guardia le debe la literatura costarriqueña, entre otras producciones de monta, una colección de Cuentos tacos, en que se paladean con igual deleite el sa bor de la tierruca y los primores de su aristocrático verbo; Aquileo Echeverria, este poeta que recorre el país de la Bohemia con la filosofía desdeñosa, pero dulce, de un rey tronado, ha eserito una serie de romances en que reproduce con exactitud realista las ocurrencias de nuestros conchos. rústicos, en castellano viejo. son composiciones por el arte de las que ahora escribe en España el poeta murciano Medina; Jenaro Cardona es el que más recientemente ha trabajado en las canteras nacionales: El Primo es producto de su fatiga. Sin amenguar en nada el mérito de las obras anteriores. To. por mi parte, me doy a creer que en esta última los elementos costarricenses están mejor caracterizados y que en ella se destaca con más relieve también la vida social de los ficas.
No diré yo que El Primo sea obra sin máculas: parte limites con lo ridicti lo el repetir que toda hechura humana las tiene habría sido tal vez de desearse, por ejemplo, que el estilo fuera menos desalinado; pero aun con esta y con otras imperfecciones que un análisis riguroso haría salir a la superficie, el notable escritor merece aplauso y estimulo por haber realizado una obra de empeño en que se traslucen con hermoso realismo las bellezas de nuestro terru.
ño y las cosicosas de nuestra gente.
Fusto Fació San José de Costa Rica, 21 de enero de 1907.
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