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Las ciudades de Costa Rica San José VII Instrucción pública la provincia haciendo por ella un sin número de bienes como consta en los documentos que de él hay; el otro, Tomás de Acosta, que baste decir, para demostrar el cariño que le tenía Costa Rica, que después de haber lo quitado de gobernador y haber ser vido donde le mandaron; resolvió venir pasar sus últimos días en la antigua Metrópoli. muriendo en ella el 25 de abril de 1821.
Este empeño por la Instrucción Pública ha sido perpetuado en la República por un sin número de ciudada.
nos: entre ellos están el Dr. don Julián Volio, el Dr. Castro y el Lie.
don Mauro Fernández.
Si bien es cierto que Costa Rica en tiempo de la Colonia, fué una de las más miserables y arruinadas, que no producía ni el dinero suficiente para los gastos de ella misma, esto se comprueba por los estados de caja, donde se verá que son mayores los egresos que los ingresos; pero en medio de aquella miseria tan espan.
tosa, como la describen varios de los que hicieron viajes por estos lugares en la época de que se habla, tuvo una gran suerte: fué visitada por hombres que con todo corazón pusieron su humilde contingente, para ir armando la que más tarde debía ser la República de Costa Rica, Uno de los factores para el engrandecimiento de los pueblos, es sin duda la instrucción de las masas, ésta introduciéndose hasta en el último cerebro hace desarrollarse los ciudadanos, libres, altivos y capaces de soportar cualquier controversia que tengan en la vida.
Como dije anteriormente, Costa Rica ha tenido la suerte de ser visitada por hombres ilustres, que hicieron todo lo posible por el bienestar de los habitantes: estos hombres en tiempo de la Colonia han sido perpetuados en la República, por dignos hijos de sus antepasados.
Al tratar cualquier punto de Instrucción Pública no podemos menos de recordar al ilustre gobernador Juan Fernández de Salinas y de la Cerda, quien durante su gobernación, 27 de abril de 1650 al de junio de 1655, puso esmerado empeño en la educación de los pueblos, según consta en su memorial de residencia.
No podemos pasar por alto los esfuerzos de dos personas posteriormente, el uro el Mustrísimo y Reverentísimo Obispo don Esteban Lorenzo de Tristán que desde el 23 de marzo de 1777 que tomó posesión de diócesis, le puso esmerado cariño La primera escuela de San José fué instalada en 1797, pero un hecho me hace pensar que hubo antes otra; esto es: porque el de noviembre de 1783 se acordó establecer escuelas en todos los pueblos de la provincia, dándole Cartilla y Catón a los ni ños pobres que no los pudieran comprar, esto sin embargo es una suposición que existiera una escuela antes en San José, pues hasta ahora no he encontrado ningún documento que diga algo referente este punto.
Lo que sí podemos afirmar es que el 19 de julio de 1797 se estableció una escuela en San José, según consta en el Protocol de esta época: este día se reunieron ante el Alcalde Tomás Alvarado, los ento ces vecinos de San José en estos tiempos, los señores Nicolás Castro y Alvarado. José Antonio Porras, Gregorio Ramírez, José Bonilla, Gregorio Castro, José Antonio Castro, Cornelio Fernández, Santana Jiménez, Pablo Reyes. Alltonio Ramírez, José de la Ascensiou Mora, Manuel Fernández. Felipe Fernandez, Manuel Barquero y Casimi.
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