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á sta ciudad To también la Universidad Industrial y salió para Madrid sin haber ocurrido el más pequeño incidente. Sólo las diez de la noche del día de la partida, cuando hacía ya 14 horas que habia abandonado a Barcelona, hubo la consiguiente brom ta de una bomba en un rincón del puerto, que ya ni alarma causó.
Lo que aquí no ha habido han sido cacerías ni juergas jitanas. La nfluencia del Sol. menos caliente.
Un detalle. Al pasar el Rey Don Alfonso, por enfrente del Teatro Principal, en cuyo balcón guisa de colgadura se ostentaba una colosal bandera catalana, llevó militarmente su mano la sien derecha saludando a la regional insignia, por cuyo acto no hay que decir cómo fue ovacionado, ahora otro cilindro.
Valiente chasco se han llevado los que auguraban no sé cuántas desgracias con la venida del Rey Alfonso XIII, Para calendarios no tienen precio. conste que no hablo de oídas, pi me he de referir referencias, porque lo que le visto y oído lo ha sido con mis. ojos y orejas que, Dios gracias, están en perfecto estado de uso, pesar de sus treinta años y pico de existencia; y el pico es regular Pues sí: merced a la intervención de un buen amigo mio cuyo nombre no cito por prohibición terininante del inter for 1o, que desempeña un cargo oficial. pude colarme entre los escogidos, provisto de un carnet de periodista y como corresponsal de no sé cuántos periódicos de los tres, digo, de los cuatro hemisferios, la luna en cuenta, Cartera en mano y lápiz en ristre, alli en la estación llamada apeadero y medio oculto por la respetable humanidad del señor Gobernador civil especie de Don Moisés Morales algo aumentado y las purpúreas vestiduras del Cardenal Casañas un Doctor Storck algo disminuido en ambas dimensiones pude. contemplar mi sabor Don Alfonso en cuanto saltó del vagón (carro, que ahi dirían is.
tedes. Conste, y esto sea dicho con el más profundo respeto, que Su Majestad Cittólica a pesar de la realeza y del catolicismo es majestuosamente fea, sobre todo vista de perfil, pero infinitamente más simpática y expresiva la cara que como viene exhibiéndola cierta revista que parece espera el momento más inoportuno para enfocar al joven monarca.
Pero con fealdad y todo el recibimiento que el pueblo de Barcelona ha hecho don Alfonso ha sido cordial y afectuoso, distando tanto del delirante entusiasmo de que hablan los periódicos del Gobierno, como de la frialdad indiferencia que dicen los de las otras parroquias.
Hay que tener en cuenta que el carácter del pueblo barcelonés, según he podido observar y que me aseguran que es el del pueblo catalán, no es dado a entusiasmos con programa hecho, y que cuando se deja arrebatar es por algo imprevisto o inesperado que le hiriere de pronto en las fibras más sutiles y más reconditas del sentimient Pero es innegable que el señor Maura ha obtenido triunfo, trayendo aqui al Rey contra todos los vaticinios de sus adversarios políticos, que han llegado decir, en letras de molde, que el venir el Rey Barcelona era más peligroso que el hacer un viaje al centro del Africa solo inerme.
Llegó, inauguró las obras de reforma, acto solemne y de excepcional importancia, visitó la escuadra austriaca, inauguCon toda tranquilidad y con la mayor paz se están rompiendo la crisma los franceses y los moros. De manera que lo de la penetración pacífica no puede ser más verdad.
Lo malo es que según se advierte des.
de unos días a esta parte, el Gobierno español también va a tener que penetrar pacíficamen e, aunque no haya ironia en la palabra, en esta ocación.
Hace quince días, cosa así, que las tropas españolas tomaron posesión del territorio llamado Mar Chica, cuya ocupación debía sostener el Suitán; pero como precisamente por deber mucho a la Mehalla de sus tropas, éstas pidieron Melilla protección y. comida, y allí encontraron lo que no tenían, abandonaron la mar en cuestión que fué ocupada por los soldados españoles.
Bueno, pues ahora, antes de ayer precisamente, por no sé qué coveniencias también, los españoles han ocupado el Cabo Agua, que está frente a las islas Chafarinas, y lo han hecho, al aparecer, cou el beneplácito de las distinguidas cabilas que por allí existen.
Menos mal si con la Mar Chica y el Cabo de Agua, no naufragan los aliados de los franceses.
Han oído ustedes hablar de una carta del Tremendo KAISER al Ministro de Marine de la Gran Bretaña. Sí? Pues no hagan ustedes caso de todo lo que digan los cables, que supongo debe ser cosas horribles y espeluznantes.
Tudo queda reducido que don Guillermo le ha dicho al Ministro que «Como Almirante honorario que era de la fla británica, le parecia que en los barcos había de haber. diablo, qué imprudencia iba cometer. The Times 3297

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