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Carta literaria SU CONTENIDO. Páginas Ilustradas y Artes y Letras. Ateneo.
Vor de aliento. Próspero Calderón. Conferencia de Fede.
rico Calvo. Nuevos derroteros. Derrota de la doctrina teleológica. Justo Facio. El Año Tropical. Lisimaco Chavarría. Dos poemas. Consideraciones. Tendencia que se esboza. Conferencia de Enrique Jiménez Núñez sobre Antropotecnia. Consideraciones breves. Valiosas opinioMonte Cristy, pública Dominicana, de abril, 1908 Señor Daniel Ureña Costa Rica Querido poeta: Me favorece su atenta carta fechada en 28 de febrero último. También recibo algunos números de Páginas Ilustradas y un ejemplar rtes y Letras, órgano de la escuela de tipografía para mujeres, en esa ciudad.
Páginas me entera, no solamente del brillante movimiento científico literario de Costa Rica, sino también del exito alcanzado por el Ateneo recientemente fundado ahí. Labor meritisima, patriótica labor que redunda en beneficios de la culta sociedad josefina. Que no se desmaye en tan plausible torneo; que la azarosa indiferencia no malogre ni asfixie la obra empezada. La lucha es condición de la victoria. Con perseverancia se escalan todas las cumbres.
Digalo si no el benemérito director de Páginas, quien ha demostrado, con la fundación y sostenimiento de esa interesante revista, que sólo luchando y perseverando en la lucha es como se conquista el verde laurel del triunfo. Un trabajo notable encuentro en el número 186 de Páginas Ilustradas. La evolución intelectual del ilustrado escritor Federico. Calvo. Trabajo de vulgarización científica que integra altos conceptos de filosofia dignos de ser tomados en cuenta por la inteligente juventud estudiosa de América. Demuestra su autor esta verdad innegable. Que la suerte de las sociedades humanas, aun en el caso de estar rodeadas por muchas circunstancias adversas, no es fatal ni desesperada, porque la inteligencia del hombre está en la posibilidad de encauzar todas las energias y de contrarrestar todos los obstáculos. Para ello es preciso tan sólo que nos esforcemos, al influjo de una educación netamente científica y práctica, en conocer la naturaleza de la materia y las leyes según las cuales se verifican los fenómenos físicos. termina Calvo su valiosa disertación, con estas palabras de oro puro. Dejemos un lado las especulaciones, trutemos de rectificar nuestra conciencia, huyamos de las lucubraciones del clasicismo, ABANDONEMOS LA METAFÍSICA, HAGAMOS DE LA LITERATURA UN MEDIO, NO UN FIN. quien subraya soy yo. y entonces, aun a despecho de los estados rudimentarios de conciencia, tan constantes y tan reacios, sacudiremos el yugo de la servidumbre y nos libertaremos de los oprobios de la ani.
malidad. Consejos estos que informan todo un programa de buena filosofia que señala la amplia senda del porvenir.
Vale la pena, amigo Ureña, predicar, vulgarizar, difundir en todos los espíritus estas ideas. Es preciso que ajuiciemos nuestro pensar y nuestro sentimentalismo polarizándolo hacia fines útiles al individuo, la familia, al municipio, la provincia, la sociedad y al estado. Toda esta precocidad literaria que perfila nuestra raza, es bueno que vaya inclinándose por los sabios caminos de las finalidades que salvan, prestigian y engrandecen pueblos y razas.
Vivimos en plena era positivista.
En 1871, el célebre naturalista inglés autor del libro Sobre el origen de las especies, libro monumental que es el pedestal más hermoso levantado en el siglo XIX, dejó demarcado al género humano nuevos derroteros, luminosos derroteros donde la verdad, espléndida como un sol, puso en fuga el idealismo filosófico, la doctrina teleológica de la creación del Universo que, con Moises a la cabeza, primero, y siglos después con Linneo. Agassiz, Cuvier y otros naturalistas eminentes, habíase enseñoreado del mundo. Desde entonces la metafisica está herida de muerte, y el materialismo se ha abierto paso en todas las conciencias. Infitil será, pues, volver 9308

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