Crónicas Internacionales Para Páginas Ilustradas ce pre ser es masi cosa to y.
GO Empecemos con una noticia suculenta, aunque resulte un poco fiambre. Saben los lectores de Páginas Ilustradas lo que se vendió en los mercados de Lutetia (Paris. para que se lo comieran los parisienses el dia de año nuevo?
11 Agártense ustedes. 315 000 kilos de carne, inclusas salchichas, 309, 000 kilos de aves de todas clases; es decir, de todas las clases comibles. 34 700 kilos de caza de pelo; 268, 750 kilos de pescado. Pero aún hay algo que añadir. Faltan en esa lista 5, 000 jamones y más de 100 kilómetros de salchichones y morcillas.
Nada, que colocando verticalmente esos apreciables embutidos, tendrían una altura 333 veces superior a la de la torre Eiffel, y rodeando con esa sabrosa cuerda París, se le podría dar tres veces la vuelta y aún sobraría un pedacillo de 33 metros que se podría aprovechar para un almuerzo.
Después de haberme enterado de estas cifras consoladoras es cuando comprendo perfectamente la abundancia de anuncios relativos productos farmacéuticos para la curación de las dispepsias, gastralgias y otras enfermedades distinguidas y aristocráticas. precisamente me he enterado de todas esas cosas. comestibles mientras veía pasar la espléndida cabalgata de la Mi Carême por el boulevard.
El cielo gris; la temperatura fresca, los balcones atestados de gentes que aplaudían y celebraban los distintos carros representando. regiones de Francia, mezclados con lujosos carruajes ocupados por madamiselas. de honor de lo otro, haciendo el cortejo de las distintas reinas, luciendo trajes riquísimos y peinados cual más artístico.
Seguían más de 400 caballeros y 1, 200 músicos, bandas de cornetas, tambores y demonios coronados que hacían un ruido muy armónico sí, pero infernal.
La multitud de colores formaba un conjunto alegre y animado, coronado por un carro artistico arrastrado por ocho caballos conduciendo a la reina de las reinas, que ha sido a clamada en todo el curso y la que yo sacrificaría de buena gana todos mis ideales radicalmente republicanos, con tal de que me hiciera su favorito, aunque sólo fuera para los dias de fiesta.
La tal reinita ha descendido de su trono andante en el Hotel de Ville donde los presidentes, prefectos y otros funcionarios la han recibido y obsequiado regalándole una riquísima alhaja de oro y piedras preciosas, y bebiendo después sus copitas de champagne, que también jay. hubiera bebido yo.
Después se ha ido la Reina de un dia, al Eliseo. donde la ha recibido Per drito Iglesias, digo, el Secretario de Mr.
Falliéres, regalándole en nombre de 6s.
te una preciosa pulsera. se desvaneció. no la reina, sino mi ilusión. Yo no estaba solo: acompañábame un amigo diputado francés, por supuesDesengáñese usted me dijo los in.
gleses son más versátiles y tornadizos que nosotros. Aunque ya sabemos que Montaigne, quien no he leido nunca (ni yo tampoco, pensé) asegura que el hombre es un sér ondulante y diverso, pasa ya de raya lo ondulantes y diversos que son nuestros vecinos de la otra orilla.
Vea; no hace muchos meses que derrotaron Balfour y levantaban a los liberales, y ahora en cada elección parcial van y votan por los conservadores. Dieen que es porque el Gabinete liberal se permite ciertas iniciativas que parecen socialistas; otros dicen que no los quieren por serlo aún poco; pero los más furiosos son los taberneros que no perdonan al Gobierno liberal sus proyectos antialcohólicos. De ese pafio tengo yo un traje.
Nada, nada, que también por otros países que no son Iglaterra hay taberneros. oposicionistas. Los católicos por su parte hacen la guerra al Gobierno por el Bill sobre educación en las escuelain chaleco. Si de ese otro paño un. Los franceses demostramos tener sentido más perseverante. Hacemos socialismo sin pararnos gran cosa en barras. Ya ve, en un periquete hemos votado 75, 000 francos para la traslación de los restos de Zola al Panteón; tenemos pendiente de aprobación el impuesto sobre la renta, el proyecto de amnistia, el de reducción de los perfodos de ins trucción militar de las reservas, la liquidación de las órdenes religosas, y por si esto no fuera todavía bastante, Mr.
Briand, Ministro de Justicia, ha presentado un proyecto de ley proponiendo que el Turado delibere con el Tribunal de derecho para la aplicación de la pena.
El Jurado conocerá, pues, y graduará la pena y el fallo se tomará por mayoría de votos entre jurados y magistrados. Qué le parece la cosa. mi, nada. Cómo ga usted.
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