El cuarto honrar padre y madre Para Páginas Ilustradas tada por el matrimonio, en la que quien, años atrás, hubiese vivi. fué recibido, pero de la que salió con do en Villaregia (cuya posición geo. visibles muestras de tristeza y de gráfica es inútil buscar en el mapa) contrariedad llevándose los ojos su habriale llamado la atención un ma inconmensurable moquero.
trimonio viejecito que todas las tar Los curiosos y las curiosas, que es des, invariablemente, daba su paseíto fruto abundante de todos los humapor la carretera real. Aparentaban nos planteles, tiataron de investigar lo mismo el marido que la mujer, del padre Juan, tirándole, como vul.
edad superior los setenta añcs: y garmente se dice, de la lengua, el sólo el que los tratase con alguna por qué de la abstención de religiointimidad, y pocos eran los que de sidad pública del matrimonio: pero ese favor disfrutaban, podia saber el buen cura se contentó con decir que aún se hallaban algo distantes que Rosendo y doña Luisa eran de aquella edad.
unas santas personas víctimas de las Él, un señor alto, delgado y dema intolerancias intransigencias que erado, con luenga y blanca barba, y muchas veces se cometen, creyendo con esa inclinación de cabeza que, obrar bien, y no hubo manera de sacuando no causa el peso de los car nada más en limpio.
años, tiene por origen los grandes Cuando en la villa se iniciaba aldolores del espiritu.
guna mejora; cuando se trataba de Ella, bajita de estatura, con restos auxilios para un a ilo, de satisfacer de belleza en su cara, pero también perentoria necesidad del Hospital con no disipadas huellas de amargti del Común; de socorros personas o ras, llevaba, al contrario qre su es entid ides, por alguna desgracia indiposo, erguida la cabeza, distinguién. vidual o colectiva cualesquiera odola un aire de nativa arrogancia tras incidencias de carácter social, la de natural energia.
primera puerta que se llamaba era Ambos vestian de negro.
la de Rosendo, que pródigamente Raro era oirles cambiar una palabra atendía la petición: pero el no más y sólo, de tanto eu tanto, al cruzarrotu edo y terminante fue su contesse con algún conocido, un ligero mo tación alguna vez que se trató de vimiento de cabeza, de ella, y otro obtener de él auxilios para una fesautomático de él, levando la mano tividad religiosa. para remediar al sombrero, servían de contestación necesidades de la iglesia y del culto.
al saludo de que eran objeto.
Se cebo en la villa una epidemia, Se les conocia posición desahoga y Rosendo, sus costas, imda y se les respetaba y quería por provisó y sostuvo un hospital alsus repetidos actos en favor de los que eran llevados los infestados.
desgraciados. Ni el mendigo llama Dl y su señora los cuidaban y atenba jamás en balde su. puerta, ni dian personalmente y sólo en esa ocurria desgracia en la villa que ellos ocasión se le vió acompañado del no procurasen aliviar. Pero una co buen párroco llevando socorros la sa.
sobre todas, había sido, durante casa de algún atacado que, por su mucho tiempo, el motivo de las con gravedad, no podia ser trasladado al versaciones del vecindario y de las hospital criticas de las comacires. No se ha Después de pasar los ancianos por hía visto, que ni don Rosendo, ni do todos los tamices de la murmuración ña Luisa, que así se llamaban los y de ser objeto de la crítica hipócrita viejecitos, pusiesen los pies en la y solapada de los fanáticos y santuiglesia.
irones, siendo calificados de herejes Contábase que, tiempo atrás, el y descreídos, tuvo el pueblo que receura de la villa, hombre bueno si los tificar a los murmuradores, convenhay, habíase dirigido a la casa habi cido de la bondad de los esposos, que Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica