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ie le acabaron por captarse el cariño y el estudios un colegio de Padres respeto de sus convecinos.
Jesuitas próximo la ciudad en que La curiosidad por conocer la causa. cuyos de la aparente irreligiosidad de los fesores contaba ey matrimonios aprucónyuges, subsistía, pero se estrella nas amistades. Don Rosendo, en ba ante la reserva del cura que, por honor de la verdad hay que decirlo.
propia confesión de los interesados no tenia grandes inclinaciones por la la sabla.
Compañía de Jesús, sin que dejara También por rara casualidad llegó de reconocer la superior manera de después mi noticia, y tal como me enseñar que tiene y la relativa liberlo contaron lo voy a contar.
tad de inteligencia que permite sus educandos: pero cedió a las repetidas II instancias de su esposa y más aún Don Rosendo y doña Luisa tuvie cuando se persuadió de que la madre ron dos hijos a los que educaron conhabía convencido al hijo. Pepe, de forme lo que su posición les permi quien su madre supo herir la fibra tia. Ramón y Pepe, que así se lla más sensible, tuvo uno de sus rapmaban los muchachos, con ser los tos de entusiasmo y ante la idea de dos excelentes y muy cariñosos para lo mucho que podria aprender en sus padres, eran muy distintos en cuatro seis años que estuviera carácter inclinaciones.
bajo la férula de los liscipulo de El mayor. Ramón, apenas obtuvo Igna. io le Loyol. 1, aceptó la propoel título de bachiller, manifestó su sición llet o de fe y viéndose ya denpadre el deseo de seguir la carrera tro de algún tiempo hecho un sabio militar y, una vez conseguido el coneminente sentimiento paterno, con gusto otorSoñalia con lo que había de perorar gado, y el materno, ya no tan gusy escribir y gozaba de antemano en toso, ingresó en la academia de inla fama que estaba llamado alcanzar genieros le la ques e salió, ya de teniente en el mundo científico. Lo que nunpara incorporarse uno de las regi ca pasó por su imaginación fué vestir mientos del arma.
el hábito, pues no entraba en sus Pepe, cinco años más joven que cálculos ser sacerdote, ni remotamente eran esas sus aficiones, ya que si su hermano, travieso y juguetón, poco amigo de estudiar por lo mismo por algo se distinguía y hasta ello que tenia gran facilidad para apreninfluyó no poco en la resolución de su der, era por su buen fondo y excelenmadre, era precisamente por su ninte carácter, el ojo derecho de doña guna afición prácticas y actos reliLuisa que, creiase olvidada, hasta Se escribió Ramón, en aquella cierto punto, por Ramón, causa de haber escogido una carrera que le fecha re guarnición en una de las separaba de sus padres.
plazas importantes y el teniente contestó de conformidad, aunque aconDe imaginación viva y ardiente, sejando que se vigilase Pepe, pues Pepe, se excitaba con cualquier na.
rración heroica, juzgándose él mismo su carácter fogoso irreflexivo, era con las cualidades de un Napoleón, el más propósito para prestarse si de caso bélico se trataba, o con la influencias que tal vez más ta de no abnegación de un Juan de Dios si la Se croyesen convenientes y no se pudieren ya contrarrestar.
cosa se refería algún rasgo de abDoña Luisa tuvo sus ironías para negación y amor al prójimo, pero las advertencias de Ramón y Rocon estas excitaciones y entusiasmos poco o nada adelantaba en estudios sendo pensó seriamente en ellas, serios, ni en conocimientos provechoLlegó el dia fijado y el matrimonio fué a dejar en el colegio a Pepe, el SOS.
que, dos días antes, había cumplido Doña Luisa, la sazón mistica y sus quince años.
tan religiosa que muchas veces peca.
ba de intolerante intransigente, III empezó por convencer D Rosendo, primero, y al propio Pepe después, Quedáronse sólos los viejecitos, para que éste fuera a seguir sus consolándose de la ausencia de sus giosos.
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