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La felicidad humana UN POETA Cual brota en el éter la estrella y fulgura, de Aláh soberano siguiendo ley: cual brota, en la tela, soberbia pintura al mágico toque de egregio pincel, del grande Abderrahmen al regio mandato Medina Zahara brillante nació, alcázar que todos supera en boato, vergel que embellecen la tierra el sol.
Marmoreas columnas admiro doquiera; son tantas, que fingen floresta sin fin y eclipsan la gracia de esbelta palmera que allá en el oasis descuella gentil.
Mirad las alfombras que Persia ha tejido, las sedas preciosas que envía Bagdad; cortinas, tapices, do el arte ha sabido la bestia, ia planta, con vida copiar.
De mármol los muros, con limpia tersura espejos parecen: el techo, que hurtó al Libano cedros, ya un cielo figura, ya ostenta relieves de raro primor, y cien pebeteros de ricas labores fragancia despiden que envidia el jardin. no hay pieza ninguna do fresco y rumores no vierta fontana de alegre bullir, Europa y Oriente con grata porfia los vastós pensiles quisieron ornar; jamás la palabra pintar lograría ni tanta belleza ní tal variedad.
Adelfas, naranjos, el mirto, la acacia, y rosas, y nardos, jazmín y clavel!
Qué formas! qué olores! oh, múltiple gracia!
Qué umbrías! qué acentos cuán dulce embriaguez. En lago apacible ceñido de flores el cisne navega, cual niveo batel y atrae los ojos con vivos colores, jugando en las ondas, el rápido Su amor filomena cantando revela: con pluma estupenda fascina el pavón: en diáfano arroyo la airosa gacela ya espeja su cuerpo, ya busca frescor.
Las ninfas bizarras que el griego poeta veía en los bosques, el río, la mar, aquellas huríes que dice el Profeta, serán recompensa del buen musulmán, con esas mujeres que huellan ahora las calles umbrosas del vasto pensil nadan en baños que el mármol decora, acaso pudieran jamás competir?
Qué espléndidos ojos, de imán poderoso!
Qué labios de rosa, colmados de miel!
Cabellos que ondean en río copioso. Oh, senos turgentes! oh, cérica tez! tantas mujeres beldad y terneza ansiosas le rinden un solo señor, asi cual su aroma, frescura y belleza legiones de flores tributan al sol. Feliz Abderrahmen! Si fuerte su mano pez.
3374 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregon Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica
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