Guardar

el que provoca el templo.
al corazón impresionado asoma: bajar se siente la temperatura entre la virgen y húmeda espesura que al aire inmóvil llena de su aroma, y aquella magestad y aquella calma inclinan así el cuerpo como el alma prosternarse gratos ante el nombre de quien dió el cetro del planeta al hombre.
El bosque solitario es el recato, como un oasis en la humana Incha, y meditar convida su presencia.
La gama de lo verde, al mirar grato, el rumor indeciso que se escucha y el aroma de aquella florecencia, persuaden el sentido y la conciencia.
El bosque secular es todo augusto, desde el colgante junco, hasta el robusto, erguido tallo que hacia el sol camina: el musgo oscuro que se ve de lejos como el vestido de los troncos viejos: las cortezas que sangran su resina, y las parasitas que están sin pena sacando el jugo de la vida ajena, y cuyas hojas verde cardenillo están hechas golpe de martillo.
Aquel es el taller del brioso hachero.
soberano señor de aquel dominio, y allí son sus combates singulares.
Ya va a elegir su victima certero, y por él condenados exterminio, se destacan los troncos seculares, así cual los pilares de un templo, y él los nombra y conoce aun por la sombra.
Allí tit nes: el roble amarillento de entrañas duras y de fruta amarga, que de oropéndolas los nidos carga y los columpia ritmicos al viento: el laurel, el copalchi, la encina, el que luce corteza purpurina, y el ira, tinto en colección hermosa, en blanco, en negro y en rubí y en rosa.
Mas él prosigue y la atención separa de aquella variedad provocadora, cual si tuviera la elección segura.
Los arbustos le rozan en la cara, y de lejos le llega y deshora la voz agreste y ahuecada y dura con que de la espesura van los monos saliendo con gutural estruendo.
Alfin, al fin la agitación modera, cual si su empeño conseguido hubiera, y de alto a bajo, de un vistazo abarca un tallo altivo, recto, corpulento, acostumbrado desafiar el viento, que presume de rey de la comarca y el cual adulan juncos cortesanos que allí viven endebles y livianos, buscando sombra, protección y medro al pie del alto y poderoso cedro.
3390

    Notas

    Este documento no posee notas.