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virtud de pertenecer al Profesorado español en 22 de julio de 1872. Estaba sembrando ritu generoso de al España contemporánea, no acudió al llamamiento, dejando en su la semilla de la cultura intelectual en terreno virgen, y abandonando sus propios inte reses, se dedicó al servicio de los intereses mayores de la humanidad. declarado fuera del Profesorado Español, como después lo fueron un Salmerón, un «Por eso, y sólo por eso fué un hombre de la talla del Doctor Fernández Ferraz, Azcárate, los Giner de los Ríos y tantos otros, que han «salido y entrado en el Profe.
sorado Español. Por eso, y sólo por eso, ocupa la cátedra de Lengua árabe de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid, dignísimamente por cierto, el arabista Francisco Codera y Zaidin. Por eso, y sólo por eso, dejó el Doctor Fernández Ferraz, de ocupar la cátedra de término de la Universidad de Madrid. y aun el Decanato. En 1882, ocurrióle nuestro amigo la idea de volver entrar en el Profesorado Español, para lo cual hizo en el mismo año un viaje desde Costa Rica a la Habana, donde había de verificarse oposición una cátedra de Lengua hebrea. Más la oposición anunciada desde Madrid, con seis meses de plazo para presentarse, según Reglamento se verificó en la Habana los tres meses de anunciada. Con tal circunstancia el Dr. Fernández Ferraz continuó su viaje hasta Madrid, donde ganó por oposición la cátedra de Lengua árabe de la Universidad de la Habana, para que fue nombrado en 22 de diciembre de 1882; y, aun después, virtud de otra oposición, pasó a desempeñar la cátedra de Historia de la Filosofia. En los cinco años que el Dr. Fernández Ferraz desempeñó la cátedra en la Universidad de la Habana, prestó graddes y útiles servicios a la enseñanza, encargándose de varias cátedras vacantes, y en ausencia de sus profesores, como son la de Griego, Hebreo, Arabe, Sancristo, y ambos cursos de Metafísica, mostrando así su amor a la enseñanza de la juventud, y la rica variedad de sus conocimientos. Hay que decirl, francamente, profesores como el Dr. Ferraz no abundan en todas partes «Cuanto a la consideración de este catedrático como hombre de letras, hay mucho, muchísimo que decir, pero esto nos llevaría demasiado lejos.
Siendo todavía estudiante el Sr. Ferraz, fundó con otros compañeros la Revista Universitaria, que después se llamó Revista de Instrucción Pública, periódico en que colaboraron hombres que ya en aquella época habían alcanzado alto renombre en la república de las letras. y en su mayor parte llegaron ser verdaderas eminencias: filólogos como García, Blanco Barcón, crít cos y eruditos como Menéndez de Luarca y Gumersindo Laverde Ruiz, filósofos como Sáenz del del Río y Martin Mateos, poli.
grafos como Ramón Zambrana, polemistas como el Dr. Mata y su famoso colega Montels Nadals, anticuarios como Rada y Delgado, director de la Escuela Diplomatica de Madrid, y otros.
La mencionada Revista coleccionó tan importantes trabajos sobre la Historia literaria de España, que ha merecido el alto honor de ser frecuentemente citada por Menéndez Pelayo en su libro titulado La Ciencia Española.
En su misión Costa Rica, el Dr. Fernández Ferraz, tuvo especial cuidado en consignar los resultados de sus trabajos educacionales en dos revistas. La Enseñanza y el Instituto Nacional, en relación y correspondencia continua con el distinguido educacionista cubano Felipe Mantilla, catedrático de la Universidad de Nueva York, desde donde veía con placer los trabajos de su antiguo condiscípulo de Sevilla, en la educación de las Repúblicas hispano americanas.
El Dr. Ferraz dirigió también el Instituto Nacional de Costa Rica, Centro de Enseñanza que contaba con veinte y dos profesores, y del cual han salido hombres eminentisimos y que hoy ocupan los primeros puestos en la administración del país.
Se ha distinguido, pues, este ilustrado hijo de las Hespérides dentro y fuera de Espana, en la esfera de la enseñanza, probando en la práctica como el que más, que no sólo sabe enseñar, sino educar para la vida, y organizar Centros de Educación que pudieran servir de ejemplo en muchas partes donde tales establecimientos dejan mucho que desear, y donde apenas parece haberse formado clara idea de lo que es la educación pública y nacional.
Hoy se encuentra el Dr. Ferraz en Costa Rica. De la Revista Cuba y Canarias. 3423

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