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111 nis ро La escasez de público hizo que saliésemos esa noche del Ateneo, por primera vez, eso sí, casi casi bajo la penosa impresión de un fracaso, pero el temor de que el público desertara otra vez no fué óbice para que Eduardo Calsamiglia, que, como buen militar, es todo un valiente, se presentase en la sesión siguiente, es decir, ocho días después, leer una zarzuela (sin música aún) de que el inteligente bohemio es autor. No era metafórico decir que el Ateneo jugaba su última partida esa noche, porque si el público se mantenía en sus trece, jadiós mis flores! no nos quedaba más que decir, apaguemos y vámonos. Pero no hay como la suerte de los pillos: el auditorio del Ateneo, sin duda con el secreto es cozor de haber sido injusto, acudió esa noche desalado y en masa. Estaba visto, 11o de la numeración: a él, que no le vengan con cuentas, lo cual mí me parece pues. lo que al pobre le puso carne de gallina en la sesión precedente fué aque muy razonable, porque yo también experimento una predisposición invencible contra las malditas cuentas.
No sólo porque no se trataba de números, sino porque, de otro lado, se trataba de Calsamiglia, el público no se hizo tampoco el sueco. Calsamiglia es un poeta maleante que con sus ingeniosas vayas sabe mantener el buen humor del público que aquí lee, ya no del Ateneo solamente. Con este nombre. El plato del dia, él tiene su cargo un departamento de La Información que llena diariamente con una bontade del género cómico. Por inagotable, causa no poca admiración la vena de Calsamiglia: es en realidad extraordinario que ésta no se le agote nunca y, más aún, que siempre acierte conciliar este entretenimiento del espíritu con las haciendas vulgarotas en que de necesidad se ocupa para ganarse el sustento, porque, mangüer poeta, Calsamiglia no se aviene con los cabelios de ángel. digo, en lo que cumple al condumio. de esto, sin embargo, no se sorprenderá quien sepa que este mozo es un gran trabajador, tanto que hasta le sobra tiempo para hacer vida mundana y galante.
Pero si todo esto es extraordinario, más, mucho más lo es que nunca falten el chiste donoso y la gracia picaresca en los versos con que todos los días su.
maleante musa cómica regala los lectores de La Información. No es para extrañar, por ende, que, ya engolosinado con ese género de potaje, el público acudiese oir las picardihuelas que el muy socarrón había de soltar esa noche en el curso de su lectura: como, en efecto, hubo de suceder.
El trabajo por Calsamiglia leído fué, como ya dije, una zarzuela: intitúlase Poderes ocultos estos poderes no son otros que el diablo y el ángel del bien, los y cuales entablan viva lucha entre sí: el primero para perder a una joven: el segundo, en defensa de ésta. Los dos po leres enemigos son personajes visibles para el público, no así para los protagonistas, que, alternativamente, siguen las sugestiones del uno y del otro, hasta que, al fin y al cabo, triunfa el angel refulgente: al confesarse vencido, el diablo declara ser esa la primer partida mujeril que Hay en la pieza uno que otro pasaje serio, como para atemperar el sabor demasiado picante que en toda ella pone la abundancia de sal cómica: insertaría aquí con gusto un hermoso soneto, vibrante de emoción, en que Satán dice la inmensa amargura de su destino; pero, naturalmerte, lo que caracteriza la pieza es el tono festivo que con su picaresco ingenio el poeta ha sabido darle. Nuestro poeta cómico le ha proporcionado un triunfo al Ateneo: ya veréis como otros intelectuales costarricenses clavarán también su bandera victoriosa sobre el techo de la humilde casa, que brillará entonces bajo el suave y puro resplandor de al do fie sé de pierde.
bl А br lli ra сс 01 una aurora es de Pasada esta sesión, el Ateneo dispuso suspender sus tareas ínterin duraran los festejos con que debía celebrarse la inauguración del tribunal llamado dirimir las cuestiones que entre las repúblicas centroamericanas pueden dar lugar tr tornos bélicos; y así se hizo porque, en rigor, era ocasionado un desaire peu público que prefiriese estiradas reuniones académicas al jolgorio en que a dar dulce esparcimiento a las preocupaciones del ánimo.
La sesión del dia 6, que, como dije al principio, se llevó a cabo con asistencia 3428
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