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80 El Asilo de Leprosos Ha poco se ha inaugurado el Asilo de Leprosos que habia preocupado tanto al Gebierno de la República, la Junta de Caridad y al cuerpo médico del país. En abril de 1896, para dar cumplimiento al decreto n? 18 del del mis no mes, el Gabierno suplica a la Facultad de Medicina, que de acuerdo con la Junta de Caridad de San Jose designe el punto en donde crea que debe levantarse el Asilo. La Facultad celebró sesiones extraordinarias para estudiar tan trascendental punto, así como para presentar al Gobierno los planos del edificio y el presupuesto de la obra.
En cuanto al si io en donde debía levantarse el Asilo, se discutieron el denominado Pavas, Salitral, la isla de San Lucas, El Encierro, El Cedro, etc.
Creyendo las personas encargadas del asunto, que no debia proponerse, y no habiendo llegado a un acuerdo, resolvieron nombrar una comisión para que informara.
Esta comision rindió su informe en la noche del quince de mayo de 1906. Por fin, en esta misma fecha fué aprobado el informe de la comisión que decía. diez kilómetros de San José, ocho de Desamparados y cuatro de Patarrá. próximamente. camino. accesible, cerca de los límites de San José y Cartago, rodeado de tres colinas, con. su desembocadura al Oeste, que es la dirección de los vientos reitantes de San José. en un valle independiente de los de Patarra y Desamparados, en el punto llamado El Encierro, terrenos comunales, separados por aitas colinas y por el lado Sur, con una. montaña virgen, con agua potable magnifica, una distancia como de 800 metros, fácil. de conducirla al sitio destinado por tubería de hierro, en la cantidad necesaria para el servicio del establecimiento, sin perjudicar el manantial principal, por ser abundan te, siendo fácil por la configuración del terreno conducir las aguas usadas, después «de desinfetadas un terreno plano, árido, permeable, en donde se pueden extender y consumir en dirección opuesta, lejos de la quebrada del Naranjo de donde se sacan.
El Encierro, pues, fué el lugar designado para levantar el Asilo de Leprosos. Mas no fué aquí tampoco, sino una hora de San José, en el punto llamado Las Mercedes.
Por supuesto, que la elección no ha sido desatinada, pero tal vez creemos nosotros hubiera convenido más, el lugar acordado.
Con todo, el edificio está ya prestando sus excelentes servicios, es obra nacional y su costo es poco más o menos de unos 300, 000. 00. Ja obra se ha ejecutado por la Dirección de Obras Públicas, y oyendo la opinión del ilustrado doctor don Elias Rojas, quien estuvo en Colombia hizo estudios acerca de la lepra.
ΕΙ Asilo es un palacio, y sólo falta que su administración corresponda con él, cosa posible, pues el As Chapui es más de 200 enfermos, y marcha admirablemente.
grande atiende por término medio diariamente Algunos, cuyo corazón es seco, se han tomado la libertad de criticar lo bueno y el costo del Asilo de Leprosos, diciendo que es mucho ofrecer los desgraciados en quienes el mai de San Lázaro hincó la garra. Nosotros pensamos con el Dr. Rojas, que en esta ocasión el edificio no se ha levantado para que luzca entre los de la América hispana, sino tratando de rodear al enfermo encarcelado de todo el confort posible, ya que la sociedad, sin más razón que la de defensa, coge los infelices que sin su culpa son víctimas de la lepra y los condena eterno cautiverio. Infelices enfermos, que según los egoístas no tienen derecho de reclinar su triste corazón y el pingajo de su carne en un divan! Esos egoístas también nos quitarían el sol, sí pudieran, aunque no fuésemos leprosos.
Asilo El Asilo, bien administrado, no ofrece ningún peligro, porque cuenta con todos los recursos más modernos de desinfección; y pueden estar tranquilos los vecindarios.
En el Canadá hay Asilos de Leprosos que no están muy lejos de las poblaciones, al contrario cerea, y no ha habido motivo para alejar aconsejar e alejamiento de los Asilos; son, además, más contagiosos que la lepra, la sifilis y la tuberculosis.
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