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to y que un idioma no es idéntico ni en el tiempo ni en el espacio: basta abrir un libro, de ahora dos tres siglos, para persuadirse de que entonces no se hablaba coino hoy y trasladarnos a unas cuantas leguas del lugar donde nacimos para notar diferencias de pronunciación, vocablos nuevos y frases extrañas. no es esto solo: cuando las clases sociales están separadas considerablemente por su grado de cultura, las unas se expresan de diferente modo que las otras, como lo sentimos pasado de tratar con gente vulgar departir con personas bien educadas: y éstas mismas no usan un mismo lenguaje en la conversación intima, en el comercio con los extraños o al escribir seriamente en prosa verso.
Cuando las fracciones de un dominio lingü stico están en comunicación free cuente, consérvase sia dificultad la unidad del idioma: en no siendo así, diferencias pequetias en su origen pueden crecer indefinidamente y perjudicar al cabo para enterderse inutuamente. El castellano ha ido diferencianduse en España y en América desde los primeros tiempos de la conquista, tanto en azón del fondo que en una y otra quedó, por las innovaciones y olvidos que en ambas han sobrevenido independiente mente. De igual manera, la incomunicación en que viven los estados americanos impedirá que se extienda y hagin comunes todas las peculiaridades que de por si ya tienen que en lo venidero tuvieren.
La separación de otro orden que existe entre las clases sociales explica por qué el vulgo conserva tenazmente voces y frases añejas: con pocas ideas, y esas poco expuestas a modificarse. vive el pueblo, sobre todo en los campos, entregado sí mismo.
y gracias a la estabilidad relativa de estras sociedades está libre de las grandes al ieraciones que las guerras, la esclavitud y las emigraciones traen consigo en la vida salvaje. En fuerza de tal aislamiento el pueblo ha conservado en América mucho de Cortés y Pizarro. Ocioso es añadir que, además de ese tinte arcaico, son tamcién carácter especial del habla vulgar la tosquedad o groseria de las expresiones, lo bronco de la voz y la facilidad con que deforma, cediendo a la acción analógica, cualquiera vocabio poco usual.
El hogar de las familias cultas puede decirse que es el santuario del idioma: el que ahí se habla es el que caracteriza la nacionalidad intelectual, atesorando los recuerdos y los afectos, enlazando las generaciones e igualando en un elemento común al sabio con el que no lo es: ahí la mujer, con su espiritu conservador, templa el neologismo callejero, y con aquella delicadeza y elegancia que le son propias, pone valias Xias extravagancias de la pedanteria como a las vulgaridades de la rusticidad, y aun suaviza en cierto modo, las asperezas los esplendores de la facundia varonil: abiestá la mina de que, mediante sabia elección y artistico esmera, forman sus obras el prosador y el poeta. No sin fundamento miraba Cicerón como escuela de buen decir el trato de las matrodas ilustres de Roma; y no sia razón el antor del Promessi Sposi se ayudo de una dama furentina en la delicada empresa de lavar en las aguas del Ar1 su obra inmortal.
Pero la lengua literaria nu vise sólo del presente: la admiración o el placer con que siguen leyendose las obras excelentes de épocas anteriores, arraiga en la meioria modos de expresión que el habla cuu tiene olvidados: y el amor con que se es.
tudian imitan esos modelos lega formar, en alguna manera, un dialecto aparte. digo en alguna manera porque el lenguaje literario y el comúa están en dependencia Decesaria: si por una parte el primero ejerce para con el segundo oficios de nivelador moderador presentando un tipo uniforme las distintas comarcas y mirando el inpuso con que, dejada sí anisma, corre toda lengua a la disociación dialéctica, el segundo, a su vez, ha de obrar como el elemento natural que sirve de freno en toda creación artística manteniéndola en el campo de la unidad y la proporción, y despier.
ta la simpatía que, como ambiente atractivo acompaña siempre la belleza.
Semejante concepto de las relaciones que existen entre las capas del lenguaje no puede se absolutamente exacto sino tratándose de un idioma que domina uniformemente en territorio reducido. Si un dialecto especial, ya sea por influencia politica por influencia literaria de la comarca en que se habla ya sea por una y otra de conszino, se extiende en una región donde viven otros dialectos, y viene ser medio de communicación entre la generalidad, base de la lengua literaria y norma del habla culta, es menos fácil acomodarse esa norina; sin embargo, como a cada paso se la tiere la vista, imponese la necesidad de hacerlo, so pena de pasar para con los extrailos por rústico poco cortesuto. As sucede en Italia, Francia. Inglaterra, Alemania. Cuando una lengua común señorea sin grande variedad un vasto territorio, es norma natural la del centro literario politico a que todos vuelven los ojos; como falte se debilite su predominio, relajase la unidad, furmánse otros centros de cultura y queda franca la prerta para las divergencias. Extinguida la libertad en Grecia, fueron émulas de Ate3473 mas he omarla le la 21ario de en las ruzan las peger las soluta, s, qite i, en el. frases e si ambién cs verespués ra pestricta carán congencia la 411se One: 2012.
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