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Párrafos de Crônica goce estétiMás sobre Los lectores de esta revista dirán con mucha razón, si lo dicen, el Ateneo que yo sólo sé hablarles del Ateneo, pues hará al pie de quince días, solamente, les indilgué una parrafada propósito de esa corporación, y ya me preparo otra vez para pegar la hebra en el mismo asunto, como si en toda la geografia de San José no hubiese muchas otras cosas igualmente diguas de reparar en ellas. Vaya si las hay; pero es el caso que ningún asunto se enlaza tan estrechamente con el por que del Ateneo como la indole de una revista que sin niugún arrière pensée franquea sus columnas cuantos en este país, con más o menos brillo. sin ningún brillo, como alguien que yo me sé. entrando valientemente con todas, porque entre nosotros el escribir es cosa que pide arrestos, la producción literaria dedican algunos ratos, ya para ofrecer a las gentes los frutos de 12 ciencia, en forma atractiva, ya, con in menos ambicioso, para buscar el co en ei ejercicio desinteresado del arte.
Sea como fuere, vale la pena, sin duda, que yo vuelva una vez más sobre el inismo asunto, aun riesgo de hacerme latoso con doble motivo, para decirles los lectores de esta revista que resultó, como quien dice, pedir de boca, la velada dada por el Atenco el 28 del pasado junio con el fin de inaugurar las tareas correspondientes al año académico que para dicha institución comienza ahora. Parecía también muy natural estrenar con una fiesta solemne el amplio y hermoso salón que, con no pocos sacrificios, el Ateneo se ha arreglado para alojar dignamente al numeroso y selecto público que sus conferencias y reuniones acostumbra asistir. El nuevo salón tiene capacidad, efectivamente, para más de trescientas personas y está, sobre esto, alhajado con el gusto sencillo y decoroso que la seriedad y la índole de la institucion corresponde. El Ateneo progresa en todos sentidos, En cuanto a la velada, no me morderé la lengua para decir altamente que, así por lo que hace las partes de que ella se compuso, como por lo que cumple la concurrencia, esa festival podría considerarse, sin caer en exageración, como un triunfo muy satisfactorio para cualquier sociedad de prestigios tradicionales y de suficientes recursos; cuanto más, para una asociación que, como el Ateneo de Costa Rica, se halla ahora en los principios de su carrera. No acostumbra el Ateneo hacer invitación particular para asistir sus reuniones, tanto porque no querría exponerse posibles desaires, á incurrir en omisiones injustas, cuanto porque prefiere ver en la les reuniones aquellas personas que, por su espontaneidad en concurrir ellas, con este acto de gentil simpatía estimulan eficazmente a los trabajadores intelectuales, demostrando a la vez que no han el alma endurecida por ias sordideces de la lucha en que la necesidad de lucro las hace vivir y que se agradan en los puros y dignificadores placeres de la inteligencia. Pues así y todo, faltó local, no obstante ser éste de gran tamaño, como ya dije, para dar cabida al público, indudablemente de élite, que esa noche se presentó allí, atraído por el ansia noble de saborear las dulzuras con que el ar1e convida.
La concurrencia, por su parte, no ha de tenerse buen seguro por defraudada en lo que con todo fundamento se poco, habría de pedir el conocedor más exigen los números de arte y de letras que en la vela para emitir y razonar un juicio acerca del modo peñó el número que le correspondía; pero no compensación, que la prensa ha derramado pies de las graciosas artistas y que, en lo refer las, no ha sido menos justa con ics caballeros te. Bien merecen sendos encomios, efectivame nosa de Paulina González; la propiedad técni que Maria Cristina Volio leyó El baño, de Pío de María Luisa Morales, en cuyas manos el vi ciones de humana dulzura; la precisión con cantar y geinir los instrumentos de la orquesta.
Alfredo Morales; la inteligente dirección del in cual se debe el vuelo cada vez más pujante que cilia: la frase conceptucsa dr Martin, que tiene sencillez; la alta concepcion crítica de Gon juzgar las delicadezas de Bécquer: el verso fác fronda en que aletean pájaros y estallan perfun En este hermoso desfile yo sólo echo en sat, quien, por motivos muy atendibles, no pud manza de Gastaldón, Pecado mortal, cuyo deser en la preciosa fiesta. La señorita González, tarhizo sus veces, buen seguro, con gran acie ción oportuna se sintiese menos la ausencia de su voz, tan dulce y vibrante como bien amaestr íntimamente el cordaje nervioso del público o emoción estética, fuente de divino placer. He grama de la fiesta que he pretendido deline que una crónica con sus pelos y señales ha per otro mérito, le daría la oportunidad: VELADA con que el Ateneo de Costa Rica curso académico correspondiente ficará en los salones de dicho cen 1908. las de la noche.
PROGRAMA Fantasía de Funslo, orquesta de ta Cecilia, Discurso de apertura, por el seù rran12:2. Wuiting: romanza para canto, por zález. Sonata de Junio: inciopea: letra y Cliavarría: música tipie colombiano de don Pecado Jorkut: romaza de Gasta Rosat. El Baño: poesía de Pío Viquez. re ria Cristina Volio.

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