Leyendas ticas Para Pazinas Intradas idea de hacerse sacerdote. Bien se puede servir a Dios de muchas otras maneras: como buen marido y como buen padre de nos hijos hermosos, encantadores que ella le promete dar. El, sugestionado por las palabras ardientes de aqueila muchacha, está punto de ceder. pero lo salva tiempo el recuerdo de Origenes, aquel padre de la iglesia que se dio la muerte con el fin de mantenerse casto. Felipe, nuevo Origenes, ante los ojos llenos de claridades voluptuosas de aquella virgen deseosa de no serlo. se suicida salvando así con un pecado tal vez menos perdonable la castidad de su cuerpo.
Todo en este libro ha sido hecho bien, el estudio psicológico es profundo, aun cuando este presentado en pocas páginas. El protagonista es un tipo muy bien determinado, que mantiene su carácter en toda la obra, el carácter indeciso de quienes han vivido siempre sabicado que para ellos existe un refugio contra los peligros de la existencia. Asunción es una chica llena de seducción: las frases de amor que pronuncia y que son, a la vez, profundas y, a la vez, superficiales: la coquetería que despliega ante los ojos del joven enfermo: todo en ella despierta nuestras simpatias, simpatías que hacen más lógico el conflicto que se efectúa en la mente de Felipe.
El ambiente de Pradela, la ciudad religiosa en extremo, que dá lo mejor de su juventud a los seminarios y los conventos, está muy bien presentado, hay en el detalles que demuestran en el antor un espíritu de oudersación muy desarrollado Un error es preciso notar en la obra: en la parte primera la acción va muy lentamente, casi con pereza, mientras que en la segunda salta a la vista el ansia que al escribir se iba apoderando del autor, el ansia de llegar al final lo más pronto posible, ansia que lo obliga ser rápido, demasiado rápido. Se llega a la catástrofe más pronto de lo debido olvidando, como es natural, muchas cosas hermosas que tal vez hubiesen embellecido la novela. Era necesario detenerse poco de necesario hacer resaltar con líneas más fuertes ta filed plisada por Asunción, era protagonista y entonces en Bachiller nos hubiéramos encontrado con un hermoso caso psícológico. Así como lo ha dejado Amado Nervo es una promesa, una bella promesa de mejores obras uarrativas. Lástima que el autor no haya contincado cultivendo la novela. El es un poeta bueno, como novelista sería uno de los primeros novelistas hispano americanos.
מט s innato en el liombre el temor efectos nómenos que no pueda a barcar su inteligencia achaca los acontecimientos seres fantásticos ciertus relatos que forman las consejas de cada propósito de leyendas. existe una in Al Sur de la población, y corta distancia, se le atalaya. el Cerro de las Cruces. y es creencia gen formado por la cabeza de una espantosa sierpe. En remotos tiempos, un hechicero indígena Tras con tres lluevos encantados dejó uno en el gua, del que nació una enorme culebra. Siguió otro en Vicoya, produciendo un reptil andlogo, y Angeles de Cartago. Habiendo tenido noticia de pudo aplastar la cabeza de la serpiente del uit llegó a Nicoya no le fué fácil liacer lo mismo. pu oculto, y apenas logró amarrarlo con una gruesa de la iglesia, donde siguió creciendo basta enlaza tá en el Lago, y es fama que cuando hay sacudim se deben las contorsiones del reptil. y. siendo e necesita bendecirlo anualmente para a placar sus El día señalado es el tres de inayo, fies despuntar la aurora. es de ver ei enja mbre de rour blecillos, que se a prestan verificar la ascensión cos del collado presentan animado aspecto. y es in que se siente con el aroma de las plantas silvest el olor de la tierra huneda de sereno. Al termina llo por donde va la vereda, el panorama que se a las brumas cubren todo el valle, lo que da la com Golfo se dilata en derredor. y cuando el astro re aparece al pie del Cerro el caserío de la villa, cuy jan una bandada de niveas palomas, destacándos parte del mar. Reunidos los fieles. el cura ofrece implora protección para el pueblo, plantándose tr toma su nombre el collado.
Terminadas las ceremonias religiosas. son se forinan en derredor de apetitosas viandas, que medio de la más franca alegría. Todo lo que se di es vaga sombra de la realidad: se necesita conocer de esta peninsula, orgullo de Costa Rica, para for son las giras en esta región.
Fos: Fabio Parnier Vicoya, El Guanacaste junio de 1908.
347