Leyendas ticas As manecantadode aquede Orintenerse uptuosas pecado Para Pegrinas Il stradas ALILIA rofundo ipo muy findeciigio conción: las supero en ella to que se lo inejor sentado, sión muy va muy a el anal lo más lega la as cosas letenerse ición, era yonista y caso psidella prontinuado e los priEs innato en el hombre el tenior efectos sobrenaturales y fe nómenos que no pueda abarcar su inteligencia, y en este último caso achaca los acontecimientos seres fantásticos, siendo eso el origen de ciertos relatos que forman las consejas de cada pueblo. propósito de leyendas, existe una muy curiosa en esta villa.
Al Sur de la población, y corta distancia, se levanta. cual magestrosa atala ya, el Cerro de las Cruces. y es creencia general que ese monte fue formado por la cabeza de una espantosa sierpe, cosa que narran así. En remotos tiempos, un bechicero indígena que venía de lejanas tierras con tres huevos encantados dejó uno en el Gran Lago de Nicaragua, del que nació una enorme culebra. Siguió su camino y deposito otro en Nicoya, produciendo un reptil análogo, y el tercero lo dejó en los Angeles de Cartago. Habiendo tenido noticia del suceso un sacerdote, pudo aplastar la cabeza de la serpiente del último lugar, pero cuando llegó a Nicoya no le fué fácil hacer lo mismo, pues el ofidio esta ba ya oculto, y apenas logró amarrarlo con una gruesa cadena al altar mayor de la iglesia, donde siguió creciendo lasta enlazar la cola con la que está en el Lago, y es fama que cuando liay sacudimientos sísmicos, éstos se deben las contorsiones del reptil. y, siendo el Cerro su cabeza, se necesita bendecirlo anualmente para a placar sus iras.
El día señalado es el tres de mayo, fiesta de la Santa Cruz: al despuntar la aurora. es de ver el enja inbre de romeros, de todos los pueblecillos, que se aprestan verificar la ascensión. Los pintorescos tancos del collado presentan aniinado aspecto. y es indefinible la impresión que se siente con el aroma de las piantas silvestres, el matutino frios ei olor de la tierra búineda de sereno. Al terminar el hermoso bosquecillo por donde va la rereda, el panora ina que se admira es espléndido: las brumas cubren todo el valle, lo que da la completa ilusión de que el Golfo se dilata en derredor. y cuando el astro rey asoma en el oriente, aparece al pie del Cerro el caserío de la villa, cuyas liabitaciones semejan una bandada de niveas palomas, destacándose en lontananza una parte del inar. Reunidos los fieles. el cura ofrece el Sacrificio Divino e implora protección para el pueblo, plantándose tres cruces, de lo que toria su nombre el collado.
Terminadas las ceremonias religiosas, son de ver los grupos que se forman en derredor de apetitosas viandas, que son consumidas en medio de la más franca alegría. Todo lo que se diga de esa excursión es raga sombra de la realidad: se necesita conocer los soberbios paisajes de esta península, orgullo de Costa Rica, para formarse idea de lo que son las giras en esta región.
Gure fol Nicoya. El Guanacaste, junio de 1908.
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