MA acio, sé, redea, eliz le rentro minentes y de acendrado gusto y en contemplar, junto con ellos, la juventud ávida de estudio y resuelta, por lo tanto, consagrar sus facultades todas, lo mismo que sus energías, la prosperidad de un centro que en época que ya alcanza vislumbrar sirva de ostensible manifestación del desarrollo intelectual de esta República.
Envíole con la presente un ejemplar que contiene los Estatutos y el Reglamento interior del ATENEO DE PANAMA, y en ellos verá usted dónde se encaminan, hoy por hoy, los propósitos àe los individuos que lo constituyen.
No se escapará su muy ilustrada penetración la necesidad de poner en correspondencia el centro que con tanto lucimiento y acierto preside usted con el que me ha tocaão el inmerecido honor de presidir yo, análogos ambos, en mi concepto, por identidad de sentimientos y por las aspiraciones que persiguen; empleando el uno allá y el otro aquí, los mismos medios que han de brindar como cosecha perdurable y eficaz la compenetración de diversidad de ideas en un solo pensamiento.
Es consolađor, después de todo, ver surgir en medio del bullioioso tráfago que ensordece las sociedades modernas, hombres que sin estrépito encaminan sus pasos por sendas que están bien distantes de ser las que conaucen la humanidad por donde desean llevarla las grotescas genialidades que manifiestan, en su incesante afán de lucro, hasio res itímu vías propóunlio se, de ntaonnhe connes pro3497