Guardar

cavado da en la en inaugude la sim.
una nota pensamientos, él mismo, en el prólogo de sus Rimas, to dice. Por los tenebrosos erincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, dstermen los extravagantes hijos cde mi fantasia, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderest presentar decentes en la escena del mundo. Fecunde, como el lecho de amor de la miseria, y parecida esos padres que engendran más hijos de los que pueeden alimentar, mi musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, epoblándola de creaciones sin numero, las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serien suficientes dar forma.
La fortuna, con todo, le fue adversa en Madrid. si es cierto que a la subida al poder del Excelentísimo señor don Luis González Bravo, fue nombrado fiscal de 10velas, apenas cayó su protector, lo que ocurrió muy pronto, volvió Bécquer pasar trabajos. Gada ba la vida componiendo zarzuelas, escribiendo artieulos de critica y haciendo traducciones. Detestaba la política, aunque escribió artículos políticos. Amaba ia caceria.
Murió Gustavo Adolfo Bécquer a los treinta y cuatro años de edad, en 1870, llevándose la eternidad un amor jarnás satisfecho que expresó admirablemente en la siguiente composición. XI. Yo soy ardiente, yo soy morena, Yo soy el simbolo de la pasión: De ansia de goces mi alina está llena, mi me buscas. No es ti: 20. Nri frente es pálida, mis trenzas de oro; Puedo brindarte dichas sin fin; Yo de ternura guardo un tesoro. mai ine llamas: No; no es ts.
Yo soy un suelo, imposible, Vano fantasma de niebla y luz; Soy incorpórea, soy intangible, No puedo amarte 0h, ven; ver tu!
Aqui también está sintetizada la aspiración sin límites del hombre, el deseo jamás satisfecho, el anhelo de vencer los imposibles que es el bilo que la lumanidad la seguido para arrancar sus secretos a la Naturaleza y conquistar su ciencia. al terminar la composición anterior, so he podido menos de recorder cuatro versos. y tras de Espronceda: cuatro versos que parecen el epilogo de la composición recitada: se has reposible que ión que se igura deli.
que to anente de Sn, y cuánverse. yorcitos el spertarnos «Yo quiero amor, quiero gloria. Quiero un deleite divino. como en mi mente imagino. Como en el mundo no bay: Da voz arando en el el año de lorrea, fue es sevillanedio, de sona regudejado sus diez y siete nadrina b1aá dibujar acia enconaba aplauarmonizánverifics el Tina que lo e éste pasó delicados No se dispone de elementos en el pa para obtener más datos acerca de la vida de Bécquer. Agregaré, porque es interesante para comprender su temperamento y penetrar mejor su espiritti, que era lo que llamamos 10 creyente (juzgando solo por sus obras)
que a veces sostenía consigo las luchas angustiosas de la duda, pero de las cuales surgit para encastillarse nuevamente en su fe. Es muy difícil, aun para lombres de ciencia, profundos, arrancar de cuajo el sedimento religioso por tantos siglos y la educación maternal depositados en el pecho del hombre, quien es, por otra parte, pienso, de naturaleza empentemente religiosa, en el sentido amplio de la palabra, aunque jamás haya hineado la rodilla ante nigón alter de la superstició.
Lela con placer intimo Shakespeare y Byron, un gran trágico y uu gran rico: 210 fué pixco el influjo de ambos en el peusamiento de Bécquer y por consiguieste en su obra literaria, Se dice que ardia en el santuario de su pecho, como en 1280 de alabastro, un amor platónico por una dama de ojos como el mar, que inspiró su libro modestamente titulado Rimus, precisamente del que copia los versos que dejo leidos.
Pero la corta vida de Bécquer y sus pocos trabajos son bastante convencernos de su amor entusiasta al ineal y la gloria, que, cuando es como el de Gustavo Adolfo, cristaliza en obras excelentes.
357

    Notas

    Este documento no posee notas.