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«Los invisibles átomos del aire «En derredor palpitan y s: inflaru «El cielo se deshace en raros de «La tierra se estremece alborozad «Oigo flotando en las de arnonia «Rumor de besos y batir de alas. Vis párpados se cierran. Qué Es el amor que pase!
En las distintas esferas de la actividad del pensaruiento, el ideal y la gloria no son humo, sino concepción cuasi perfecta el ideal. estimulo poderoso la gloria: y la conjunción de ambos crea frutos distintos de que gozan los hombres: aprovechando únos para vencer en la vida práctica, otros para esparcimiento del alma en las horas de descanso.
Cuenta que Euripides hablaba sus amigos del costo que le había dado acabar tres versos de lina de sus inmortales tragedias, diciéndoles que habla gastado tres dlas para hacerlos. Tres dias. Bah: Exclamó un poetastro que estaba dentro del círculo de amigos. Yo, en tres dias, lago trescientos versos.
Sólo que no durarán, lo sumo, mas de tres días. Contestó Euripides.
Pues bien, la ora literaria de Gustavo Adolfo, sin embargo, no fué laboriosa en cuanto al cuidado y trubajo que puso en ella: muy al contrario: refiere su panegirista que Bécquer escribió «al volar de la plura, entre la algazara de redacciones de periodicos y bajo el influjo de premiosas circuntancias, con la idea de revisar y corregir más adelante. Pero sus composiciones son tan seucillas, tan espontáneas, de tan loudo sentimiento, que Fitzmaurice Kelly (inglés) que se ha ocupado en escribir acerca de historia literaria de España, parece dar a entender, que esa espontaneidad, esa sercillez, son el resultado de la dificil facilidad de que hablaban Boileau y Moratín y antes que ellos, el preceptista Horacio.
De cualquier inodo que sea, el hecho es, que las producciones de Bécquer, que con grande complacencia leemos, y son citadas a cada paso, están contenidas en tres libros: Rimns. pequeño tesoro de 76 composiciones en verso de metros distintos, timados y libres también. Teodoro Llorente y el autor inglés citado antes no vacilan en afirmar que Bécquer es un aventajado y feliz imitador del poeta aleinen Heine.
Encuentra el primero igualdad del asunto principal, analogia de sentimientos, denti.
dad de tono y seinejanza de formas métricas si se comparar las Rimas de Bécquer con el Intermecca lirico de Heine Por mi parte conozco tres traducciones del Intermezzo, la de don Angel Rodriguez Chavez, la de Pérez Bonaide y la del propio Teodoro Llorente, y reconozco el parecido del no de muchas de las composiciones, y tal rez del metro también, si las traducciones han procurado ajustarse al que usó el poeta alemán; pero mientras el Intermisto lirico llora y canta los amores de. graciados, y sólo exo, de Heine, Bécquer cauta la inspiración, la razón y el rumbo tan sin rubo de su vida y todas sus poesias revelan ua panteisia, un ser que quiere identificarse con la Naiuraleza, poseido de lo sublime. Oid: Los otros dos libros no son volumincsos, ni fal proclamen en donde quiera la gloria ininarcecible de das, el otro. que es continuación del primuero y Desde ai celda (cartas literarias. Ambos relatan diciones. Toledo era su sitio adorado de inspiración mo prodigioso derroche de fantasia, pero no de esa or lumbrar en las Wil y una noches sinó de ese que se fu les con sus puntos de realidad y que más parece de tés de estilo, el mi o colorido como de acuarelas an su oportunidad, en su medio ambiente, desfilan porn les briosos montados por señoras displicentes y hermo dos con espuela de oro, servidores arrastrando traslla ballestas y jabalinas, pajes vestidos de brocados: parpas, ladridos de perres y piafar de caballos: juegan su sadas y gnomos perfidos. Todo con un encanto singu aun cuando con un sello indiscutible de originalidad, Entre lus leyendas han sido celebradas: La wa El ramo de luna y Los ojos srdes: primorosas todas: parecido bella esta última. Bécquer escribió unos ve dama: y me inclino creer que los mistnos fueran los por no fatigar is no leo, aunque lo quisiera para que Mas no resisto la tentación de deciros los versos: Olas gigantes que os rompéis bramando «En las playas desiertas y rernotas. Envuelto entre la sabana de espumas. Llevadnie con vosotras. Rafagas de hucaran, que arrebatäis «Del alto bosque las inarchitas hojas, Arrastrado en el ciego torbellino. Llevadine con vosotras. Xubes de tempestad, que rompe el rayo «Y en fuegy orváis les desprendidas orlas. Arrebatade entre la niebla oscura. Llevadme con vosotras. Llevadme, pos piedad, donde el vértigo «Con la razón me arranque la memoria. Por piedad. Tengo miedo de quedarne Con mi dolor solas!
Para no extenderme mucho, corto aquí el juicio, grandes lineas esbozado, que acabo de hacer de las Rinas de Bécquer, tituy a pesar mío, ya que siento impulsos de analizarlas estrofa por estrofa y brindaros poco a poco la miel exquisita que destilo ese poeta como si fuera exprimiendo un tiempo su dulce corazón y su talento divino. No obstante, no dejaré de decir que en ninguna de sus estrofas hay ese erotismo inorboso, exagerado, que ensombrece el alma; que es la cuerda fácil de la lira de muchos poetas sin tumen, con la cual suele apaceptarse una masa que no tiene ujos más que para las redondeces y turgencias lujuriosas de cuerpos infamnados por el vicio, y que incapaz de áðismarse en las sublinidades del ideal. Son bastantes las composiciones de Bécquer en que Venus y Cupido seducen los corazones jóvenes; pero con qué culto pensamiento, con qué fino ropaje y sencillo, con qué alta idealidad. el amor, esa linda entidad primera y principal de nuestra vida, qué bermosamente está cantado por Gustavo Adolio! Escucaad. XII. Porque sou, na, tus ojos Verdes como el inar, te a Verdes los tiener las náy Verdes los tuvo Minerva. verdes son las pupilas De las hurís del Profeta.
El verde es ge Del bosque er Entre sus siet Brillante el Ir Las esmeralda Verde el colo las ondas Vel laurel de «Es tu mejilla temprania «Rosa de escarcha cubierta «En que el carmín de los pétalos Se ve al través de las perlas. sin embargo Sé que te quejas, Porque tus ojos Crees que ia afean: Pues no lo creas: Que parecen tus pupilas Homedas, verdes inquietas. Tempranas hojas de almendro, Que al soplo del aire tiembian.
Es tu boca de rubles Purpurea, gravada at Que en el estío convi apagar la sed eu e SK 3550
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