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el libro (1)
deshonado na Autitud: osa, Viva y de rodillas.
ron. ria de ellos.
ministerios en quemar es de Estatección oficial bastase consagrar poeta, novelista crítico a quien lo es sólo de ocasión. Con el valor que les concede su grande iniedo, escriben y escriben, dan luz libros y folletos con una fecundidad extraordinaria porque ellos, astutos, saben que solo de esa manera pueden hacerse recordar de quienes los protejen.
El miedo de la mediocridad es demasiado grande y la mediocridal en América es demasiado umerosa: esa mediocridad aduladora y adulad es la que aún hoy, anoga mnestros mejores esfuerzos: su vanidad es tan grande como su miedo: es por eso que las sociedades de bombos mutuos aumentan, aumentan siempre contando cada una de ellas un número infinito de miembros los cnales se comprometen cantar Joores en honor del más mezquino y del más estúpido de sus sus compañeros, Santiago Argüello ha sido uno de los pocos e han redimido la poesía de aquella afrenta. Su libro 0joy. Alma (París, Boaret. 1908) es una colección de poesias cli donde predomina la sinceridad y la independencia: son cantos tristes del hogar, sou tersas hojas de aibum, son enérgicos limtos a la inteligentcia y la luz vivificattte, son, en fin, un conjunto de bellezas en las cuales el poeta externa 511 anor, 81 grande amor a la vida y la verdad. Aqui se ven las angustias de un alma víctima de los desengaños, de un alma en la cual hay un sollozo melódico que arulla: un adiós que en las sombras de la noche se sacude las plumas.
y, en un ángulo triste.
como un insecto penumbral, se escucha el zigzag rumoroso de un suspiro que vuela en la penumbra.
Ali, se oven los elogios que una mente enamorada hace, del campo, a la virgen de sus ensueños. No hay, en el libro, poesia que, despierte tantos dulces recuerdos como aquella Eligia Cnara en la cual el labrador canta con tristeza: Oh! si tú supieras el cesoro que esconde el bosque mo. El perfume es allá vida y aliento.
Aspira fuerte, y tiendete en la grama cuando cruje el ramaje bajo el viento.
y una lluvia de pétalos derrama Y, del toro mugiente que se inclina.
cómo huele el hocico, cuando cuaja el humo de su aliento en la neblina!
La entreabierta granada. Con que sabio pincel, la lumbre, al descender, la insa. Parece q11e en el pétalo de un labio se ha preudido el fulgor de una sonrisa. Fot. Ruda ricana Cruza el maizal. Verás que ese tesoro canta en la bucrta, de lo rubio el coro: que, bajo el rayo de la luz temprano, abre su estrebe el apretado grano para darte, al pasar, su risa de oro.
y más libros o el ansia de Poesias malas, e se olvida la olitico de sus mporanea. Los orque son vie. lo cierto es omo si la proY cuando ya el verjel po te sonría.
site halagueu los rústicos primores.
buscarás en mi pecho la alegría Porque hay más flores para ti. mks flores, en el campo de mi alma, amada mi. Más lejes eneontraréis la tristeza sincera de un hombre que muelo ba sufridu y 2585

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