Debido a los elevados costos del mantenimiento de las imágenes, se ha restringido su acceso solo para las personas registradas en PrensaCR.
En caso de poseer una cuenta, hacer clic en “Iniciar sesión”, de lo contrario puede crear una en “Registrarse”.
PAGINAS ILUSTRADAS 36; El Cementerio de Cartago del Como se complace en mirar hacia atrás suel que ha recorrido ya buena parte amino, antes que se oculten los objetos nis distantes, así coNertinios ahor: nucs.
na sista hacia los recuerdos de la niñez.
mando en las tardes tristes y brumosas de novembre, al salir los granujas de la es.
well, nos dirigiamos en tropel al Campe Stilo que no de otro modo se decia er: Koces, provistos de jaulillas de trampa.
cerbatanas y añagazas. cazar mozotillos perseguir las bandadas de viudas, caza.
doras. agüios, caciques y vigüirros, que se anelaban regocijados entre las ramas del fundoso higuerón de la plazoleta veci.
s(t. después de llenarse el buche de istas y gusanillos.
Otras muchas cosas nos atraian ademais.
ca aquel sitio descuidado, que era solo bosque de cipreses, bajo el cual las malas yerbas crecían sus anchas, porque de las tocaba sino hasta el dia de Todos Is Santos, en que se citaba a los barrios para limpia obligatoria, después de la cual purecían las enmohecidas cruces y los wildes sepulcros for de tierra.
Hacia el centro habil lina elevada cruz, e sobresalia entre el cardizal. y que.
como decía el poeta nurciano, era senci como la verdad. negra como un gran toy con los brazos abiertos como una walce esperanza. En torno de ella el guar.
sin sembraba legumbres y papavas para a gasto particular. y el de aquellos que le tenían usco wiedlo a los muertos.
aconio también plantaba girasoles. stas de la noche con que adornar las qulturas.
Hay laguna y jardin.
Para matar el tiempo en espera de que carese algo en la jaula o se pegase algún sterre la liga. nos ibamos deletrar por millesima vez los epitatios con gran vics ietrus devro que muestro juicio, cran los more lien nos descalabaz. ibantos por entender quello del libero. Du Neste. que estaba solvre la portada vie.
si 30 ura que ibanos a kudar apar alguna laues, empujando con el pic las calavera fumures, poco antes exlum: dos. la llegada de algún angelito de barrio.
en sus andis adornadas de linois, coronado de suco rosas blancas. con compte namiento de músicas y cohetes. la entrada de un entierro grande, con cruz alta. revestidos y banda militar. nosilenaban de ternura de admiración.
Otras veces habia que jugar al escondite entre las bóvedas. o golpear a la puerta de una antigua capilla de piedra, que respon.
dia con eco sordo imponente en la cual creíamos que se ocultaban las temidas lechuzas, que se bebian el aceite de las lámparas sagradas. Algunas ocasiones, para congraciarnos con el malhumorado conserje. que no cesaba de acumularnos Coto duno aparecia en los nichos, le udábanos diligetes echar fuerit las bestias y terneros que pastaban libremente en el lugar bendito; asi nos juzgabamos a cubierto de ser metidos en las endas de los pobres que estaban por ahí arrinconadas bajo un desvencijado cobertizos con las cuales se nos intimidaba a menudo.
11 anochecer, regresabamos a nuestros hogares. con algún pajarraco prisionero.
por lo general con los vestidos caladas y llenos de lodo.
Este documento no posee notas.