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3612 PÁGINAS ILUSTRADAS ¡Tiempos felices aquellos en que nues. timos también emocionados: nil ideas tra alma no comprendia aún toda la tristeza tristes y presentimienos amargos conmoy santidad de aquel lugar, porque todavía vieron nuestro sér.
el arrepentimiento nos cobijaba la sombra de nuestros buenos de las travesuras infantiles, fue el primer y amorosos padres, porque del dirbol de la aviso de la lucha que nos esperaba. El numerosa familia, no se había desgajado orodor sagrado, un elocuente padre jesuíta, entonces ninguna rama, porque nuestros subió al púlpito que estaba colocado a la labios inocentes no habian probado el sombra de un ciprés, y principio su oración Acibar, que hay en el fondo de la engañosa con aquellas parcticas palabras Evancopa de la vida: gelista de Paimos: Ego sum Trsare ctio cita. Notamos que hasta los más despreocupados hombres de mundo, est3Cuando más tarde fuimos por primera ban visibieniente impresionados al terminar vez, un día de difuntos. al Cementerio dorador su discurso que más iba dirigi.
entonces sentimos por aquella ciudad do al entendimiento que al corazón: el muerta, toda la veneración y el respeto religioso era un filósofo y un poeta.
que hoy le tenemos Concluidas las preces de la Iglesia.
En el centro se había colocado un altar. ocuparon sucesivamente una tribuna, que bajo una amplia tienda de campaña para se había levantado junto a un ennegrecido la celebración de la misa de Réquien. Las tumulo, arios oradores profanos, que tumbas estaban limpiecitas, pintadas ainas, anualmente acostumbraban hacerlo mismo.
Otras adornadas con coronas de olorosas y algunos otros amantes de la poesia, que Rores, y todas humedecidas con lágrimas. aprovechaban aquella triste solemnidad Cada visitante buscaba el sitio donde para recitar sus elegias epicedios. Mienreposaban sus deudos y algunos se des tras tanto alla por los más apartados consolaban ante la inutilidad de su aliin. rincones, algunos sacerdotes. rodeados de pues con las nuevas construcciones, muchas cumpesinos. rezaban sus responsos.
señales conmemorativas habian desapare. algunas piadosas señoras repartian boleras cido del suelo. Unos pocos nansalcos de con el nombre de algun muerto querido escaso gusto y colocados en desorden. un para que el recibidor arra por el.
foso descubierto, destinado a ser el princi Solamente de los pobres chinos y pro.
pio de una galeria subterranea, y algunas testantes, que estaban enterrados en la losas de mar 10. en cuanto el arte labia entonces plazucia del frente nadie se acor hecho para embellecer aquel seno de la dabi. en aquel dia de tantos recuerdos.
muerte.
como si no hubiesen sido tan bien carne Al principiar los fúnebres suicios al de nuestra carne hueso de nuestros observar el silencio y devoción de los fieles. huesos!
que onjugaban sus ojos llorosos. nos senR MATIAS QUESADA

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