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3622 PAGINAS ILL STRADAS Viendo pasar la vida.
Mi amigo Antonio Scrían las seis y media de la tarde.
cuando mi amigo Antonio llegó a bus.
carnie. Vamos a dar una vuelta? salimos de mi casa sin ningún rumbo, vagar. Conocéis los placeres del paseo en las tardes: Después de la comida.
nada hay tan agradable como, fumando un buen habano, subir y bajar despaciosamente la Avenida de las Damas.
Tras el calor y el trabajo diario, parece ser como una recompensa hallar en el pa.
seo caritas dulces y risueñas que al dar las buenas tardes con más o menos cariño.
hacen pensar en que la vida, veces, es grata y olvidar por momentos sus reali.
dades. Todo esta recompensado en la tierra: las fatigas de trabajo las mitigan las mujeres con sus mimos y gracias. y las Jatigas del clima la tarde. con sus somno.
Jencias y perfumadas brisas.
Pero aquella tarde estaba solo el pasco: gran parte de la sociedad estaba tristo como lo estabamos nosotros nanbie: 10 buer joven laria mucho ese día, y hacia Do mais um mom que habiamos ido di acompañar sus restosa Cementerio, donde com muchas grimas lo dejamos en su molechoimpresionados por aquel Siceso. Antonio y yo conversábamos sobre la muerte sobre las miserias de la tierra.
de las sarpresas que nos proporciona cada instante la vida: de nuestras vacida des de nuestras luchas de nuestras ilusio mes de nuestros Cuerzos por el triunfo de nuestra te arraigada y de como queda descartado muchas veces todo. lcome!
zar la vida. Oh! la incapacidad del hombre para defenderse ante la naturaleza!
De pronto callamos pasó mucho tiempo sin que nos diéramos cuenta de que íbanos acompañados, pues con la conversación habida y con las impresiones del dia. ibanos cabizbajos.
Camioidamos aquella tarde, quizá buscando el cansancio quc adormeciera nues.
uos. Prvios y cambiara nuestras ideas y caminamos mucho, al acaso, cuando ya e!
cielo estaba cuajado de estrellitas, al darnos cuenta del lugar. oh! aquel lugar tan conocido y tan lleno de recuerdos pari mi buen amigo. este sintió un estremeci.
miento y exclamó: Mira donde hemos legado. sin saberlo. y cogiendome del brazo, siguió: Estamos frente a la casa el que ella est, la que amo. estamos frente a la casa donde está depositada mi alma. donde está mi tumba. mira que casualidad: esta casa está rodeada de sauces tristes que parecen llorar. Será por mi amor este árbol amigo mio. este arbol.
inmenso y solo que reparte ses sombras y da abrigo a multitud de avecitas, es tes: tigo de mi constancia. y creo que cuando 1o azota el viento, sus crugidos llegarán clia. y me recordari. pues al pie de el.
cuantas veces me ha visto, también solo y como a grande en mi amor. Yo amo este termoso y viejo arbol: e me comparo: nació de las semillas acariciadas por el buen viejo que las sembro sonriente, en espera de la sombra hienhechora ni amor también nació de una sonrisa. solo

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