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PÁGINAS ILUSTRADAS 3739 er.
su 325 n0, sa Mañanal dijo aquella mujer y sonrio y su sonrisa yo no sé si fué de esperanza o de amargura. Cuántas veces no habría va repetido la misma palabra, y con ella, cuántas ve.
ces no habría engañado a su hijo?
Pero el chiquillo gritaba y no queria entender, y va sofocada aquella madre y cansada con la inquietud del niño, sus lágrimas se deslizaron de sus ojos negros y vagabundos. Ya no te aguanto más!
exclamó dejando escapar un sollozo, y al verme cerca de ella, me pregunto. Será va muy tarde. Un poco más de las diez y media. lo senti, por que a esa hora estando va cerradas las tiendas, era imposible obsequiar aquel llorón y aliviar así las torturas de aquella madre. Buenas noches. me dijo al intentar irse.
Ter. y se alejó aquella apesarada mujer, va contenta y pensando en el risueño mañana, y yo me quedé enfrente de aquella ventana repleta de juguetes, mientras oia disminuir el llanto del ni pensé en los chicuelos pobres. cuántos como aquel, y más grandecitos, llorarán en su interior sus deseos sin poderlos realizar! las alegrias de nis prime ros años acudieron simi. luego mis primeros pensamientos de aquella noche: la pasión de las muje res por el lujo! que con tal de llevarlo.
no les importa ni la ruina de los padres, ni la del marido, y cuantas veces hasta ni la del honor. y las comparé con aquel niño, que por alcanzar un juguete, no le importaba el sufrimiento de la madre, ni en que aquel cuerpecito endeble pudiera resistir tanto peso, como tampoco le importaba, ni veia aquella sonrisa dolorosamente suave. que asomaba a sus labios como un pålido destello del ocaso de su alma. entonces me dije: Los niños son inconcientes. y luego pensé: las mujeres. Necesariamente tienen que serlo también. su as la se OS ez STENIO 11 es lees lo ño.
Diciembre de 1908 rir LIS us ve וב ad te io el OS le.
ta al re Las tumbas de los Patriaros. No hay lugar en toda la Palestina tan celosamente guardado como el haram o ara sagrada, construida sobre la cueva donde, según la tradición, yacen sepultados los restos de Abraham y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob y Lía.
Este haram se halla encerrado en una doble muralla, la primera de factura árabe que data de la décima cuarta centuria y de un interior macizo con varios estribos, la cual, autoridades competentes, atribuyen a los contemporáncos de Herodes. Dentro de estas murallas no penetra, salvo en caso de permiso especial, ni judio ni cristiano. Lo mis que se permite a los infieles de ordinario, es ascender desde la calle hasta el séptimo escalón por medio de una de las escaleras colocadas entre una y otra muralla. Cerca de la escalera hay una piedra con un agujero, en el cual puede introducirse una larga lanza de beduino sin tocar la menor obstrucción. Este agujero, según la creencia hebrea, llega hasta la sagrada cueva á su alrededor se reunen los judíos todos los viernes lamentarse y orar, tal como lo hacen ante el muro de otro conocido haram, el ara del templo de Jerusalem.
da 11. HECHO CURIOSO 10IS!
ra ue al La sinfonia del Barbera de Sevilla, de Rossini, fue escrita cinco años antes de la existencia de esta obra maestra, para la ópera Equivoco Stravagante.
En 1813 el autor la utilizó para su Aureliano in Palmira; en 1815 para Elisabetta Inglaterra (ópera seria) y al fin, en 1819. para el Barbero.
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