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3806 PÁGINAS ILUSTRADAS la almohada me quemaba al parecer, y que mis ojos seguían abiertos y fijos en el espacio Asi trascurrieron varias horas. De repente sentí que ocurria algo horrible en derredor mío y debajo de mi. Llamé mi doncella, una joven mesinesa, que acudió aterrada gritando. Todo se hunde. Salvémonos en seguida!
La segui desnuda inmediatamente. Cruzamos un pasillo y nos dirigi mos a la escalera, y vimos que ésta se había derrumbado. Mientras horrorizadas no sabiamos qué hacer, y ahogadas por la polvareda que llenaba el borroroso vacío, observamos que nos ibamos hundiendo, y yo vi que no me hallaba ya en el piso tercero, sino en el segundo.
El instinto de conservación se sobrepuso entonces mi terror, y cerrando los ojos me lancé al vacío y toqué tierra. Un instante después sentí que me había roto un brazo; me levantė, sin embargo, con la fuerza de la desesperación, y apartando con los pies los escombros y pasando sobre muchos cadáveres, llegué corriendo un sitio donde respiré aire libre, después de cortar una densa nube de polvo. Tenía bañada la cara en sangre. Delante del hotel vi una gran muchedumbre de personas que huian como locas, gritando desesperadamente y envueltas por el polvo cegador.
Mi doncella pereció por no haberse atrevido precipitarse conmigo al abismo, que se habia tragado el hotel. Cuando sali de Messina vi que la ciudad estaba ardiendo de una manera horrorosa, y oia los desgarradores aullidos de los supervivientes. Profecía extraordinaria Notician de Roma que ha sido enviado al cardenal Merry un ejemplar del periódico mesinés El Teléfono, el cual publicó el dia de Nochebuena (cuatro días antes de ocurrir la catástrofe) un violentisimo artículo censurando y anatematizando a todas las clases sociales. Mesina decia el artículo será destruida en breve por un temblor de tierra. Así expiari su falta de caridad para con los desvalidos. éstos, los pobres, morirán junto a los ricos por no haber tenido ánimos para hacer valer su derecho la vida. Todos los redactores de El Teléfono han muerto en la catástrofe. El ejemplar en que se hacia la tremenda profecía será guardado, como documento curioso, en los archivos del Vaticano,
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