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PÁGINAS ILUSTRADAS 3911 público castellano que tal artista ha muerto, o que el otro ha sido recibido en una de las tantas academias universales, que aquél ha sido conmemorado, o que éste ha publicado un nuevo libro, etc. etc.
Son crónicas del momento que no merecen ser coleccionadas en un volumen Haciendo el estudio detenido del libro de Contreras, no he encontrado en él una sola idea suya, completamente suya, no nos ha ofrecido una interpretación suya de las tendencias de un autor. De Rodin, por ejemplo, qué dice? Nada. Lo que sabíamos. Lo que de su obra escribieron Carrière, Morice y otros más. Su libro está lleno de comillas que revelan cómo Contreras en vez de estudiar directamente las obras de los autores de los cuales habla, ha malgastado su tiempo analizando las críticas que sobre ellos se escribieron. Este método no podia dar buenos resultados. Leed el estudio acerca de la obra de Ibsen. Cuánta laguna, que deficiencia de conceptos, qué repetición de cosas sabidas y resabidas. No hubiera sido mejor estudiar el ibsenismo, su relaciones con la moderna dramaturgia universal, hacer resaltar el método del viejo noruego, su asentimentalismo, el pasaje imperceptible entre el hecho ordinario y la psicologización de este hecho? Cosas todas que saltan la vista cuando uno estudia la grandiosa obra ibseniana.
Leyendo el artículo dedicado Maurice Barrés, qué encontramos?
Una relación de la ceremonia que se efectuó con motivo de su recibimiento en el seno de la Academia Francesa. Nos dice del discurso de Barrés acerca de la vida de Heredia, y del de Vogüe, que habló del poeta franco cubano, de la Lorena y de Barrés. De la fisonomía artistica de este último no nos dice nada. Entre los escritores franceses modernos me refiero a los que cultivan la novela hay que citar Barrés junto con France, Rolland y Farrère. Por lo tanto, merece un estudio especial; pero un estudio critico, mejor dicho, hipercrítico, puesto que sus tendencias literarias, aparte algunas exageraciones, son magníficas. El, France, Rolland y Farrere constituyen, con sus obras, el inicio de una regeneración en la literatura francesa, regeneración que se hacía desear cuando los mejores escritores franceses eran: Loti, el inmutable Loti; Bourget, ese snob literario que cambia de acento y de pensar siguiendo los caprichos de sus lectores; los hermanos Rosny, los hermanos Marguerite y tantos otros, merecedores como los anteriores, de una indiferencia glacial.
En el libro de Contreras encontramos, además, estudios sobre artistas que no son ni poetas ni prosistas. Hay me parece haberlo ya dichoun estudio sobre la obra de Rodin y otro sobre la de algunos pintores franceses de hoy: Cormon, Bonnat, Harpignies, Laurens, Detaille, Duran, Maignan, Lefebvre, Rochegrosse, Renoir, Monet, Besnard, Martin, Laurent, Roll, hermite, Raffaëlli, Gervex, Blanche, Chabas, Dhurmer, Willette, Redon, Denis, Valloton, Duhem y su esposa, Le Sidaner, Simon,

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