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PÁGINAS ILUSTRADAS 3917 Una reliquia americana Ravenna, la muerta encantadora, posee una de las más sagradas reliquias que el corazón americano debe venerar: la tumba de la única mujer colombina que supo hacerse un nombre, un nombre de abnegación, de sacrificio, de inteligencia: Anita Garibaldi. 1)
Muy pocos son los hispano americanos que saben que la heroina que encontró la muerte en los pinares de Ravenna, era una compatriota, una hija de las tierras hermosas del virgen continente boliviano, Anita Garibaldi, nacida alla en donde el Brasil recibe del mar Atlante el estruendoso beso, supo aunar su alma encantadora al alma verdaderamente grande de su compañero, el héroe de Aspromonte. Supo traer, desde la lejana patria, el ansia de sacrificio que caracteriza a las mujeres americanas. Su espíritu, enardecido al contacto de las vibradoras aspiraciones del gigante de la libertad italiana, dejó trás de sí, entre otras afirmaciones, la afirmación de todo lo que valen las energias hasta hoy adormecidas. de las hijas de América. Anita Garibaldi estuvo siempre al lado de su marido, supo tomar parte en todas las grandes empresas del genio garibaldino; tal vez la belleza indómita de aquella mujer fue la inspiradora de tantas bellas cosas, de tanto heroismo, de tanto bien para la unidad italiana.
Ella con su abnegación ha dado conocer en Europa la fibra intima, jamás doblegada, del alma latinoamericana. Ella, madre tierna y cariñosa, esposa fiel hasta el momento en que la misteriosa enterradora vino sorprenderla en las vecindades de Ravenna, nos presentó nosotros, los americanos tal cual somos, es decir, fieles hasta el sacrificio, amantes de la libertad hasta la muerte, tiernos y abnegados hasta el exceso. en ninguna parte podría dormir mejor el sueño eterno aquella mujer hecha de dulzura. Ravenna era la única que podía custodiar aquellos restos adorados. Ella, la ciudad, es modesta como lo era ella, la heroina; ambas son grandes, ambas tienen derecho al amor y la veneración de Italia y del mundo entero. Tanto la una como la otra poseen la belleza eterna; tanto la una como la otra conservan, en sí, las características de una raza, la gran raza latina, características que algunos hoy quieren declarar nulas pero que son siempre nobles, que son siempre dignas de ser las únicas. Son las características que los pueblos libres de la América latina han impuesto como estandarte sus juventudes encantadoras; son las caracteristicas que las viejas naciones europeas nacidas en el Lacio custodian con amor, como custodia Ravenna los restos amados de la gran heroina hispanoamericana.
La soledad de Ravenna, mejor dicho, el mistico recogimiento de la virgen del Adriático, es un silencio lleno de esperanzas, así como el silencio actual de las jóvenes repúblicas americanas es un recogimiento mistico lleno de promesas: las promesas que ya una vez se vieron cumplidas en el alma doblemente grande de Anita Garibaldi.
José Fabio GARNIER (1) En honor de la verdad, la tumba de Anita Garibaldi no existe precisamente en la ciudad de Ravenna, sino en un pequeño pueblo, Mandriate, situado pocos kilómetros de la ciudad. Al cementerio de dicho pueblo fue trasladado el cadáver de Anita el 11 de agosto de 1819. La heroina murió els de dicho mes en la Fattoria (hacienda)
Guiccioli IMPRENTA DEL COMERCIO SAN JOSÉ, COSTA RICA

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