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40750 PAGINAS TRUSTRADAS rique Borrás en nuestra escena. Con Levy Levy Dhurmer, el deligrandes condiciones fracasadas, los Dhurier cado retratista de Rounos; los otros, con plausibles es. denbach, es un artista de gamas esfuerzos no recompensados por el fumadas y un poeta de intensos senéxito; éstos, demasiado impacientes; timientos. Su pintura, como dice aquéllos, presuntuosamente eleva bien un crítico, es el lazo de unión dos; lo cierto es que, en nuestros del libre airismo y el simbolismo. El primeros actores dramáticos, falta el pasado año (1908) expuso en la Nagran actor y sobra la corriente me cional una gran composición, El diocridad que llamamos discreción, fuez, que hoy decora el Palacio de y que sólo llega vestar bien» en Justicia: el magistrado, el rostro contal o cual obra, o cumplir cuan traido, la mano en la frente, vacila do no hay muchas exigencias. Bo pensativo en medio del tumulto de rrás ocupará, sin duda, el puesto va acusados y suplicantes, hombres sicante. Nuestro teatro contemporánco niestros, mujeres cabizbajas, anciapuede esperar mucho de su labor, y nos angustiados, en tanto que en de su feliz asociación con Rosario primer término una preciosa niñiPino, la ilustre actriz espiritual y ta se divierte feliz en su inconsmoderna, única en la expresión de ciencia, con su muñeca; alegoria que, los matices del sentimiento, simbolizada en tipos modernos, tiene la doliente emotividad de lo real, y esfumada como en suave niebla, la misteriosa vaguedad de los sueños. Su Majestad Odilie Por la gracia del poeta y su lirica victoria de un albo pais de ensueños grácil Reina scris, que los hijos de Apolo aun conservan la gloria de coronar lo bello y ensalzar la virtut.
Majestad: de tu alcazar las portadas abiertas molalle aquel que no sabe dul Dolor y del Canto; el qiscudore e Mercurio y de Apolo reniegue, porque, como un ala, suave la frontationes, y es ingenua tu risa y argentina este bien cenidas serán por las rosas tus siene y los poetas sus versos destlorarin a tus pies.
prefiera la risa lis penas y el llanto! ti, Reina, Odile I, guarda en tus puertas!
Que cl Burgitos del llota a tu reino no lleguen. 1909.
Roberto VALLADARES or

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