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PÁGINAS ILUSTRADAS 4107 ma nes mta ada cual ila saralas bre Ase la zón nas.
Oña por demasiado negro, que pueda trascribir la angustia de sus deudos que al despedirlo para la gran ciudad del Norte, tenian la fe completa de que a su regreso, don Jaime hubiese recuperado su salud, después de la operación que los especialistas de alla le practicarian. Pero la vida cuando quiere golpear recio, no anuncia sus golpes; procede traición. Para su familia numerosa mi sincera condolencia.
Los familiares de la distinguida matrona doña Ana Capurro de Botín nos hicieron participes del fallecimiento de dicha señora, invitándonos para la ceremonia fúnebre en esta ciudad. Muere la señora de Botin una edad muy avanzada. Su entierro fué muy concurrido. Sincero pé.
same la apreciable señora doña Colomba de García y sus hijos. Ludovico Zamenhof, autor de la lengua in.
ternacional Esperanto, que va ganando mucho terreno y que para tratar de la cual, se reunirá un gran congreso en Barcelona.
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del sal sui no ero aría go TOS de que Pero antes de salir de esta sección en que la tristeza parece invadirlo todo, quiero llamar la atención de los lectores hacia la hermosa alegoria del maestro Povedano que aparece publicada en este número, habiéndolo sido ya en el del 19 de di ciembre de 1908. La oportunidad del cuadro no puede ser mejor. Si pensamos un poco, habremos de comprender que en el está como el resumen, como la trascripción sinóptica de lo que podria llamarse nuestro año mortuorio. Aparece en la alegoria, como en el famoso cuadro de Orcagna, la epopeya sombria de la muerte. Mirad en primer término ese catafalco exornado de flores en que brilla la luz de los cirios goteando su cera bendita en gotas que parecen lágrimas. Es una virgen la que reposa en su ataúd; tiene la corona de azahares cinéndole la sien inmaculada; tiene las manos juntas sobre el pecho cual si hubiese comenzado una oración en el instante de morir. Un pebetero al pie del catafalco, asciende sus perfumadas oraciones en madejas de humo. Luego en segundo término, contemplad ese pequeño drama que no necesita palabras, ni gritos, ni contorciones exageradas para impresionar las retinas, y repercutir en los timpanos y llevar al corazón el acelerado palpitar del sufrimiento. Es un drama de la miseria. Es una destartalada mansión en que la madre y el niño de pecho ya han exhaJado el último soplo de la vida, y yacen sobre un montón de paja mientras la hija mayor está hundida en una meditación inconsciente del que sufre mucho y no pudiendo contener su dolor queda como embotado y ajeno a lo que en su derredor pasa. En el fondo se dibuja la tragedia horripilante; algo como un soplo dantesco parece dar vida esa visión. Ese grupo heterogéneo es como una Psicostasis de Esquilo. Hay en él de todo; almas en que el dolor de los pecados se adivina por el gesto; otras que parecen repetir con placidez el verso aquel desesperado de son morte! medicina ogni pena. Se acerca el instante en que ángeles y demonios van verificar su escogitación terrible. En el centro del cuadro se cierne la guadaña mondadora de la Parca, como una advertencia que nos dice: no establezco diferencias; dado que su hoz la tiene dirigida a los infelices, en tanto su sonrisa macabra es para la virgen circundada de flores y de cirios. Hermoso cuadro. Vedlo. Se debe un verdadero artista, un poeta de la pintura, de atrevida inspiración. declarad conmigo que os da tristeza ver los pocos estímulos que tiene aquí en Costa Rica el arte sublime que de modo tan eficaz podría influir en nuestra cultura y engrandecimiento.
mis ue ca oin ón TO, Tentaconto

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