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4150 PAGINAS ILUSTRADAS en la redacción de Femina, después de un rebate animadísimo, han decretado que en el otoño próximo las faldas tendrán, por lo menos, siete metros de vuelo. como yo le contesto que eso no puede ser, que eso es un absurdo en una ciudad que ha llegado refinar su gusto con una ciencia impecable; como le re tuarias. En una de estas tapicerias aparece una dama de la corte de Carlos IX, vesti da como una de nuestras más lindas taanagreanas, con un traje que la ciñe deli ciosamente. yo pensaba que, en verdad, nuestras lejanas abuelas habían sido ado rables, cuando a pocos pasos encontréme con otra tapicería, en la cual una ami ga de Francisco se esponja en una falda cloche, y ostenta unas mangas monstruosas. Oh, espantol, me dije, puede algo ser más horrible que esto. hallé la respuesta viendo una grotesca se ñora del tiempo de Enrique III, quellenaba todo otro amplio tapiz aún su acrinolada sava de terciopelo abullonado. La moda, en realidad, no necesita ser armoniosa, ni con ser agradable. Lo único que nece sita es ser moda. Tanto éxito tienen aquellos enormes y floridos paniers de los últimos años de Maria Antonieta, que el pincel de Lacret se esfuerza vanamente en suavizar, como los trajes de la Revolución estrechos y estrictos. Dad las mujeres novedades y las aceptarán en el acto, se llamen la Tanagres la Princesa, a la Filomena, la Etruria, la Naxos a la Creolla. Mañana, tras las estrechas souples túnicas actuales, vendrán Dios sabe qué frondosidades llenas de volantes.
cuerdo las palabras de Redfern procla mando la inmortalidad de los trajes prin cesas como le bago notar que madame Paquin se llama sí misma una «escultora en trapos como le repito las palabras de Doucet contra las amplitudes antiestéticas, mi amigo exclama. Verdaderamente, es preciso que sea usted el más ingenuo de los hombres para creer que esas modas caprichosas que de jan visibles las rítmicas lineas de cuerpo femenino, pueden durar eternamente! La esencia misma de la moda es su instabili: dad. Hoy, como ayer y como siempre, las faldas y los corpiños se sucederán sin pa recerse, saltando los unos sobre los otros con contrastes estupendos. Porque si, según la frase latina natura non facit sal tus, preciso es confesar que la moda es superior a la Naturaleza, y serie de sus leyes. Ayer, justamente, admirando las venerables tapicerias del Museo Cluny, entretentame en ver una nueva prueba de la no eternidad de todas las locuras sunde vuelos, de revuelos y de buches. El capricho de los árbitros es impenetrable de antemano. Sin que nadie adivine por qué, una mañana de repente, una forma de tulipán invertido reemplaza al alto lirio triunfante. Hoy estamos en la época del lirio, es cierto. Pero va verá usted mañana.

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