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PÁGINAS ILUSTRADAS 4163 Cuarta Conferencia Sanitaria Internacio.
nal que habrá de reunirse en San Jose, ocurrióseme pensar en una modo de Panacea para todas nuestras enfermedades, las espantosas enemigas que están diezmando la población, robandole fuerzas to das esas vidas que la segur fatidica monda al conjunto de actividades. Un distingui.
do médico higienista nos saca de nuestro error, diciéndonos que no hay tal; que no puede bajo ningún concepto la Conferencia, siendo internacional, contraerse a las enfermedades de un solo pais, y tiene mucha razón; confieso que no había caído en la cuenta de la significación que abarcan los términos de la convocatoria a la Cuar.
ta Conferencia. Agregóme el apreciable galeno, que el punto principal sobre que versará dicha Conferencia, lo constituyen las medidas liigiénicas para puertos de los paises coasociados. Por lo que a nuestros litorales se refiere, nos place decir con or gullo, que se ha logrado bastante merced las medidas precautorias dictadas y observadas escrupulosamente. La fiebre amarilla, la fiebre de aguas negras, eternas pesadillas de los que vivimos en el interior, impidiéndonos en la mayoría de las ocasiones buscar aquellas zonas en que la tierra exuberante parece estar con los brazos abiertos en espera del cultivo, han poco a poco aminorado sus estragos. Pero creemos que falta mucho por hacer, y por lo mismo tenemos también mucho que esperar de las medidas que se dicten por las distinguidas personalidades acreditadas co.
mo representantes de sus paises ante el nuestro para proveer a las is urgentes necesidades higiénicas de los puertos americanos. Hecha la anterior rectificación, pido excusas por el error cometido. Para hablar de las deliberaciones de la Conferencia nos queda tiempo.
Damos traslado a los lectores del artículo publicacado en este número por el Presbítero don Manuel Zavaleta, persona de altos méritos y relevantes virtudes, quien veces tiene sus ratos en que cari ñosamente pulsa su péñola y ofrece un brote magnifico de su inteligencia. Salu.
damos en el Presbítero Zavaleta al nuevo colaborador que seguiri teniendo en nuestra revista un amable rincón para sus pro.
ducciones.
Os voy a hacer coparticipes de una alegria que me anda por dentro, intensa, ilimitada. Ya sé que nada nuevo os voy decir, porque también sentisteis vosotros como yo ese franco regocijo del alma, cuando os llegó escrita, en un pétalo de rosa, la feliz nueva de haber contraido matrimonio los hoy esposos felicísimos Gon.
zalo Quirós y Amparo González. Mas, aunque motejéis de fresca mi noticia, sabed que no por ello voy considerarla menos digna de aparecer como nota de luz en mi crónica. Pareja venturosa la que hoy forman Chalo y Amparo; hogar de exquisitas maravillas el que habrá de abrigar esas dos almas, hechas para amarse eter namente! á renglón seguido leed esta esque.
la que os trascribo, y decidnie si nuestro San José no puede considerarse como un inagotable jardin en donde diario florece la matizada rosa de la Felicidad: Alberto González Soto Amalia de González Soto saludan listed atentamente y tienen el gusto de invitarle al matrimo nio de su hija PAULINA con el señor don ROBERTO CASTRO BEECHE, el cual se verificará en nuestra casa de habitación el 27 del corriente a las de la noche. San José, noviembre de 1909.
Un jardin en primavera perpetua este bendito San José, con sus mujeres tan llenas de bellezas, de virtudes y hermosas cualidades. Lo que sí es que no todos los hombres tienen el don de ciertos cazadores que recorren el bosque Ensueño persiguiendo su mariposa de luz. Hay

    France
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