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4164 PAGINAS ILUSTRADAS objeto de profanaciones imperdonables, Nuestro público está muy estusiasmado.
La verdad es que nos moriamos de tedio en este San José imposible, en el que ni circos, ni hipódromos, ni teatros, cambian la gris monotonía de nuestro vivir incipiente. Una compañia dramática, toda vez que sea buena de veras, puede sacar exce.
lentes frutos, o mejor dicho, pesetas grapel, ii pesar de la crisis asoladora en que há tiempo vivimos. Yo sí creo que es bue.
na la Compañía Francisco Fuentes. Alla veremos: allá habrá de decirlo el público la noche del estreno. De mi parte ofrezco mi parecer en la próxima crónica; pare.
cer que consultará sin duda la mayoría de los concurrentes, pues que tendrá como base el número de aplausos cosechados.
quienes mueren sin alcanzar nunca la preciada y misteriosa volatinera de allulas in tangibles. No es de ellos, por cierto, este galán predestinado por el cielo para ser el más feliz de los mortales. Regio equipo, yelmo reluciente, espuelas de oro, que al andar producían cascabeleo musical, y palpitándole por bajo de aquel yelmo un fuerte corazón, y emprendió el éxodo al encantado bosque. Sobraba lo demás: el coruzón era suficiente hacerlo dueño del encanto que al fin rompió sus cristales. La Felicidad salió a recibirle en la escalinata; y de ahí al Amor, y del Amor la Gloria. Beinaventurados los que hacen suyo el Alcázar de la Vidal Teatro Nacional. Se anuncia ya en cartelones y programas la venida de la Compania Dramática Española Francisco Fuentes. Por los datos que hasta hoy he recogido acerca de la empresa, creo fundadamente en el éxito obtener de la troupe que en lournee por las naciones de América llega de paso Costa Rica. De paso, porque no podría ser de otro modo.
Necesita llegar el señor Fuentes España cuanto antes, efecto de regresar pronto después de haber reforzado el número de actores y actrices con que hoy cuenta, para una nueva y mas larga tournee por es.
tas latitudes. Los almacenes de Herrero y Romero, lucen en sus ventanas retratos de los actores Francisco Fuentes, José Soriano, Gerardo de Nieva, José del Rivero y de la primera actriz. Antonia Arévalo, En el elenco viene todo el personal de la Compania. Viene, así mismo, el repertorio, en el cual figuran obras contemporineas, obras clásicas y traducciones de lo más selecto, con las que ya puede augumarse un éxito completo.
Vamos, pues, a tener una Compañía de primo cartelo en nuestro Coliseo. Falta nos hacía. Es necesario reconocer que hace mucho tiempo aquella escena ha sido Prueba de lo dicho acerca del invencible afán que siente nuestro público de diversiones, la tenemos palmaria en el timo del Variedades. Qué timo! Lleno exhorbitante. Un teatro que se venía abajo de repleto. La concurrencia pateando y vociferando si más y mejor. Preludio por la orquesta. No iba mal. Telón arriba.
Apareció el héroe: un italiano; de todo pueden tener los italianos antes que die hip.
notizadores ni malabaristas; mala. noche fué la que pasó el infeliz. Después de todo, el espectáculo no dejó de ofrecer su miaja de regocijo. Por supuesto, como valer un colón el ratito no lo valia ni con mucho; pero tuvo su chiste. Mire que ocurrirsele al futile (modismo con que se distingue. los italianos de menor cuantia entre nosotros) bautizar a su heroina compañera Cánovas del Castillo. Cualquiera lo iba creer. Aunque, a la verdad, no faltó quien se sintiera anarquista esa noche, ante el apellido del famoso ministro español.
Cuidado si le aduvieron cerca balas. Pró.
jimo hubo que la quiso hcrir con un alfiler para demostrarle al público que no estaba

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