Guardar

PÁGINAS ILUSTRADAS 4171 removieron con facilidad. En el interior había una riquísima colección de vasos y jarrones, de caprichosas formas y colores rarisimos habilmente combinados y que representaban geroglificos y animales fanfácilmente se distinguían entre la escasa yerba que cubría el suelo, me llamaron la atención.
Aqui dijo el viejo indio señalando un montón de piedras principia uno de los cementerios más ricos de los Chorotegas. Sólo yo conozco este lugar sé por tradiciones muy antiguas que encierra muchas riquezas y objetos valiosísimos.
El sitio no parecia que encerrara verdaderos tesoros; sin embargo, principié mis trabajos. Con el auxilio de dos valientes nicoyanos que había contratado, di principio a limpiar el terreno, después de hacer un croquis de los túmulos y circulos de piedra, y. de anotar la orientación, tamaño y dimensiones. Por el lado Norte se levantaba, casi perpendicularmente, una roca calcárea.
En aquella roca me dijo el indio principiaremos las excavaciones, en el sitio donde se divisa aquella piedra tan extraña. Efectivamente, al pie del alto cerro había una piedra muy especial. Parecía un enorme disco, con un canal en el medio, pero lisa por completo y sin gero.
glificos ni inscripciones de ninguna clase.
Al lado de la piedra se principio la excavación. Dos horas después quedaba abierta la entrada una oscura caverna. Sin vacilar penetré. Era espaciosa. Cuando la vista se amoldo la luz difusa que pene.
traba por la abertura, distingui una serie de idolos de piedra, colocados uno des.
pués de otro, y en actitud amenazante.
Parecían ser los guardianes de aquel sitio ignorado por varios siglos.
Mi entusiasmo no tuvo limites. Que notables y maravillosas noticias iba comunicar a la Sociedad de Ciencias. Hacia el fondo apareció un lugar cubierto de grandes piedras planas que se zásticos. Entre ellos había uno verdaderamente notable. Representaba un animal extraño, con una linaja en la espalda, pri morosamente pintada. Fir deg dramente la pieza más delicada que saliera de manos del más aventajado artista Chorotega. En aquella cavern mo duda se ha blin guardado los mejores y más ricos te soros de una adelantada civilización.
El trabajo del dia no podia ser mais feliz! Los resultados habían sido notables; maravillosos objetos de piedra verde serpentina y jade llenaban algunos de los vasos.
Costa Llegada la noche, el viejo indio y sus compañeros buscaron abrigo bajo un arRE

    Notas

    Este documento no posee notas.