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PÁGINAS ILUSTRADAS 4207 Romance histórico hija del alcalde Ibarra.
Interrumpiendo el silencio el forastero así exclama: ésta no es mujer, señores, fes el lucero del Albal De mil setecientos treinta, Jueves Santo, en la mañana, sale la gente de misa con dirección sus casas.
Un panameño arrogante, viendo las niñas que pasan, en el atrio de la Iglesia con amigos hace charla.
Suspensos a todos deja la presencia de una guapa, rubia, bella, encantadora, linda como la alborada: vestida de azul celeste con guarniciones de plata; sus zapatillas de raso, de brocado es la casaca, luce corales y perlas.
y sortijas de esmeralda.
Sus distinguidos modales pregonan la buena casta: es la hermosa Catalina Don José Antonio Oriamuno caballero desta hazaña, regresa luego a su tierra dejando el amor en llamas.
Los dardos tiene prendidos, en menos de una semana, con tal fuerza en Catalina, que nadie los arrancara.
Vive en la noble Cartago un español de Navarra, llamado Juan José Cuende, tratante en trapos y lanas, que con visitas atentas al viejo alcalde agasaja. Povedana

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