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S2 JUEGOS FLORALES PAGINAS ILUSTRA tocador de vihuela y echador de coplas De las explicaciones resultó el mocito ser primo segundo de la hembra, por parte de madre y que la morenilla había sido sacada de pila por el misinísimo padrino quien Aureliano recaba el Bendito. pelo quemado cosa parecida le olieron los parentezcos de consanguinidad como a él nadie se le enredaba entre las patas, al rayar la luna voló con su presa y ya el sol principiaba asarles la cara cuando se apearon sestear en los Nances. Lo que el viejo decía la chiquilla, con hartos ademanes y visajes. Mirá, si no me cuelga el güecho. se pasaba el filo de la ceniza manota raíz del robusto pescuezo. Pero de onda saca. nurmuraba Engracia. Calláte, para otra, ensebate vos y goese fantisioso se encomiende a las Aninas. besada cun chapoteo de sus carnudas getas las cruces que en diestra y siniestra manos ostentaba.
des a ella come truir!
ba, e final cansa le con un cc Ас y la yegü tos San merc tean chila che, de costearles la penosa vida, la trapiche que eran su hijuela paterna; harpía y la manceba.
las deudas engrosando con los intereY fiestas van y fiestas vienen y allá ses que se acumulaban; y el embargo, ruedan las cuartas de india tras las como la espada de Damocles pendienenaguas de todos los géneros y colo te del cabello que en su mano sostenía res y las camisas lentejueleadas y las el abogado de los acreedores. Pero cintas como franjas de arcos iris; y Julián no ponía remedio: cada vez más cambio de rebozos salvadoreños y encalabrinado con su amachinamiento chales tornas lados y aretes y gargan. y la morerilla cada día más pedigüetillas de oro, sortijas de carey encas na y antojadiza.
quilladas y peinetas y pañuelos chinos se rompió el cabello y cayó la y hasta un caballo fino pasi trotero espada. aperado con montura de ante.
Cuando el depositario nombrado siguen los 3 al Puente de las por el señor Juez Civil tomó posesión Mulas, y cato del Brasil, y de los bienes, Julián estaba de paseo la romería de Esthus, y la Pasc en la Boca del Rio Grande con la da de la Negrita, y hurtos, toros, re.
manceba. Micaela se llevó su ca.
tretas, fuegos de pólvora, y. la marín con su Santo. Zoila se echó al mari.
El viejo estaba eraboba cuadril el escuálido motete de los trado en su conquista y ésta le chupaba pillos de anibas; bañadas de lágrimas la sangre y los reales con vigor de abandonaron la casa en donde hacía tromba marina.
dos años que aquélia había entraSólo una idea bullía en el encandi cu ei. Hel hrazo de su querido cholado cerebro de ror Tulián: dale gus. lo y en donde a otra había nacido, se to la Engracia: y sólo un sentimien habia mecido su hamaca y había echato hormigueaba en el corazón de la do aquel cuerpecillo canijo. No esmuchacha: sacarle los riales nor taba con ellas Bernabé: el pobre moFulián. y ainbos cumpiían mara zo, harto de vergüenzas y de inprovilla sus propósitus.
perios, había decidido buscarse la vi.
da en las selvas de Santa Clara, en donde hacia dos años que tragaba Pasaron así tres años: los Lachures miasmas y tiritaba sudando paludisya no querían hacerle más adelantos mo. nor Julián; el Partido Progresista La negativa de na Micaela dejaba había sido derrotado en las elecciones libres el trapiche y el canal, pero Juy el Coronel Morúa había muerto de lián se había hecho gato brazo con despecho; el precio del café no daba ellos y los explotaba con el descuido para la cogida la garrapata se llevaba de quien no los quiere porque no son las reses dundas; el Gobierno rehusaba suyos.
recibir dular de los que habían sido contrarios; y el chapulín había arrasado milpas y frijolares.
Allá en la Boca hubo amagos de Las cosas, para nor Julián, eran ca tempestad: nor Julián, siempre celoso da vez peores; hipotecado, el beneficio, de su adorado tormento, notó que vendida ruin precio la montañuela; María Engracia no miraba con ma na Micaela, acogida al último jirón de ojos nor Aureliano, mandador de su escasa energía, se negaba a dar la fincas de don Leoncio, mozo apu firma para hipotecar el canal y el y pendenciero, gastador y runbe Log Cuatro cañas medio enguarapadas molía por Julián en el desvencijado trapiche; María Engracia espumaba con el pascón de guacal la hirviente paila y ambos, con el auxilio de un peoncillo, sacaban la tarea de olorosas lapas que la vieja alcahueta iba en volviendo en alados con hojas secas de caña y plátano. Poco le había lucido su tercería la infame harpía: mal comida, mal vestida y peor tratada por ambos, era la bestia de carga de la pareja: ella aguijaba la desmedrada yunta que movía las pesadas masas del piche; ella atendía al hacinamiento bagazo, ella arrastraba penosante los pesados troncos con que izaba la hornilla; ella acarreaba balEs habe apiña Aure pad clava hacía ech6 ella abrie gros maña Sol Seabu lleala garga de y pesad no so y los dido Gr la mo paba escap grecio Na de

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