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ley, y sistema íños, dentro y lo que en mi opinión debiera ser el lidad, triste es confesarlo, hay muy fundamento de la disciplina escolar. pocos educadores, bien penetrados de No entraré en la crítica de los prolo trascendente de su misión y de lo cedimientos disciplinarios que pres.
grave y delicado de sus deberes.
cribe la ley. Estoy couvencido de El primero de los deberes del maesque todos ellos son muy nocivos, y tro, es hacerse amar y respetar de sus obstaculizan, en vez de ayudar, el de niños. no puede conseguir esto, si sarrollo moral y mental de los educan el, a su vez, no los ama y los respeta.
dos. En vez de tratar y discutir las Sin amor y respeto no hay disciplina medidas disciplinarias mediante las posible. Las relaciones entre el maescuales se cree compeler los niños al tro y sus discípulos deben ser recipru.
cumplimiento de su deber, me ocupa cas, como cuerdas que vibran con viTé en indicar brevemente, cuáles son bración simpática, en perfecto acorde, y de qué modo, los maestros debieran si se quiere que la enseñanza aprove.
cumplir con el suyo. Los conceptos che y la educación sea efectiva. El que voy exponer, no los doy con maestro no debería perder de vista que pretensiones de pedagogo. Son las la naturaleza del niño es esencialmenopiniones que en defensa de los niños te móvil, alegre y bulliciosa, y que no he venido sosteniendo, por la prensa puede, sin graves consecuencias, vioy de otros modos, desde hace tiempos, leitarse la naturaleza. Exigir de un fundándome en lo que he creído ha niño una perfect inmovilidad, ber observado en el largo período que absoluto sosiego una atención sosvengo dedicado a la tarea de instruir tenida por largo tiempo, es tan absury educar a la juventud. Si algún mé do como exigir un viejo que esté rito hubiere en estas líneas, será el de siempre moviéndose. Es de absoluta la sinceridad y el amor que las ins necesidad que el maestro trate a sus pira.
niños con un sentimiento intenso de En mi concepto, la iaréa nobiísi. amor, de dulzura y benevolencia. Así ma del maestro de formar hombres se cimentan las relaciones del maestro puros, virtuosos, adoradores fervien con sus discípulos de modo duradetes de la verdad y de la justicia, ene.
TO. Cuántos conservamos, vivo aun, migos de la hipocresia, hombres para el recuerdo de algunos de nuestros quienes el honor es un culto, capaces maestros, que nos amaron mucho y de sacrificar la vida si necesario fuera quienes amamos con vehemencia, sin la defensa de grandes ideales á que las vicisitudes del tiempo, ni de los grandes intereses de la Patria, es, la vida, hayan podido borrar este recon frecuencia, muy mal comprendida cuerdo! El maestro debe, además, por los maestros, aunque me complaz. respetar la libertad de pensar de los co. en declarar que conozco muchas niños. Cualquiera imposición en esta y muy honorables excepciones. Nos materia violenta su naturaleza, perjuhemos agarrado convencionalismos dica su desarrollo moral y destruye inútiles y hemos perdido de vista la veces, su iniciativa y genialidad.
buena orientación de la enseñanza. El segundo deber del maestro es Hay muchos maestros que trabajan inspirar a los niños un profundo amor según instrucciones que reciben de la escuela. Este amor se produce sus superiores, sometidos una espe mediante el concurso de tres factores: cie de disciplina militar, conocida con El wwo y cortial arts entre el nombre de Pedagogía, pero en rea. maestro y sus discípulos; el inteposible en el esla verdad por el él va implícita, yral que conocieagogo de nuestro irga y fructuosa rión de la juvenin, me decía estas en conjunto rara trabajo en conlicioso. Cuando as por el rigor de. por qué aquí porqué estos nir qué no juegan, antando?
ceptos que dejo an en absoluto insar y expresan Educación Común.
e 1909. Reproducel.

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