. SASI UNTUADAS El cráter vivo Después de una ascensión penosa y larga, por el bosque de robles y de cedros, donde crecen las cajas y bejucos, y las begonias en el mismo sucio, se llega del volcán las orillas, por entre musgos y arrayanes bellos, contemplar hermoso panorama, que la boca parece del infierno.
Los tranquilos cantores de la selva, con otras aves de plumaic esbelto, huyen siempre del antro tenebroso, que tiembla y Tuje semejando al trueno.
Allí el hornillo de la lona existe, en el fondo del cráter turbulento, y lanza sus efluvios a las nubes, los gases sulfurosos esparciendo. as rocas verticales de basalto que resisten jos impetus del fuego, se convierten en olla gigantesca y la lluvia recogen de los cielos.
Se mezcla con las aguas el azufre, en pequeñas particulas deshecho, y al calor, en el liquido se agitan arena, piedra pómez, toba y yeso.
Debajo de la palla prodigiosa, viva imagen de angustias y tormento, está la cárcel que aprisiona altra la fuerza destructora del gran Cerro.
Cuantas veces pretende en su jocura salir y remontarse en raudo vueio, alta columna de aguas y ceniza cierra su paso con furor siniestro.
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