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INGENIST: 1:1 121 El cráter muerto inundaron con lágrimas las nubes la inajestuosa sima que sepulta al viejo cráter transformado há siglos en apaciblc y plácida jaguna.
Los troncos secos que hasta el fondo rucdan cual nuesos colosales se dibujan sobre el manio de arenas azafradas que forra la cisterna, ancha y profunda. las rocas perdiendo su dureza, un larga vida de constante lucha, están cubiertas con el fertil lino que el vasto cspejo por doquier circula.
Los arbustos y helechos abrazando Otras plantas gentiles de la altura dan abrigo y sustento pajarillos que con plegarias el ambiente enlutant.
Al declinar la tarde, triste avanza Ja opaca sombra, despacito y mustia, extendiendo sus alas perezosas que el gris intenso sobre el serde esfunun.
Cuando el silencio de la noche llega, la tristeza y neblina allí se juntan, y cubren con su manto de rocio el paisaje de nitida hermosura.
Al soplo de la bris: pasajera, por momentos aléjase la bruma, y tras ella resucnan los chillidos que lanza por los aires la lechuza.
Una vez que las nieblas se disipan, paso abriendo al cadáver de la luna, se refleja la imagen de las almas sobre las aguas, cristalinas, mudas. Alfaro

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