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PAGINAS ILUSTRADAS PAGIX En las ruinas de Cartago Para PACINAS ILUSTRADAS Gonzálo Sanchez Estado en que quedaron los edificios Xada casi denotaba la existencia de la vida. no ser una que otra persona que vagaba de un lado otro arrodillindose ante los que yacian bajo los escombros de la ciudad destruida.
Un silencio prolundo reinaba por toda 12 ciudad; frio viento que golpeaba con rudeza Duestros desenc:tjados rastros: 002dros desgarradores por todas partes: frio.
hambre. sed, qué triste es encontrarse en medio de unas ruinas!
Er al caer la tarde; me encontraba solo: el especticulo silencioso que me rodeaba y mis recuerdos, me sugerian réflexiones que the disponian poco para la soledad.
Caminaba triste, muy triste por una de las calles, con la serie de les que antes estaba entregado y las cuales prosiguieron su curso con una energia y una lucide.
que el silencio y la soledad de la escena auctY01). La ciudad, se construia de nue. persiba en ni interior, se reedificar: sobre estas dobles ruinas El tiempo que a su disposición tiene todos los elementes, destructores de la Natureza, volvers arrojar el estresnccimiento de los temblores sobre la ciudad y la destruisant vez De esta naturaleza cran las imigenes que crocaba mi pensamiento. Mas esas imagenes no cominusrca, porque tropece con un amigo, con un amigo que de lejos renia también presenciar las ruinas, llorar con nuestros herm1110S. Qué triste es esto. me dijo crei encontrarme cone. canto que lo queria.
Yon el rostro de aquel amigo. se reflejo 12 tristeza mux hords, intensamente hond. con quién crero encontrarse: Quién cra. el era un poetul. un poeta que pereció en la catástrofe!
Yo no lo conocia personalmente, pero lo leia y eso me bastada. Era de los que sentin la Belleza y quemaban incienso en el altar del Arte.
Continue mi camino por aquellos escombros: mi desolado amigo continuo el suyo. Despues. las ruinas que moro.
de1ban parecieron desvanecerse ante mis inciertas miradas, al mismo tiempo 4110 lantos de consoladores que partia el alma. llegaban hasta nis oitos.
Oh, que triste es estar en medio de unas ruinas. VICTOR MANUEL ROJAS Al mago de DE BABERO Vista tomada en el Hospital de Sangre de á uno de los he

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