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PAGINAS ILUSTRADAS 27 Arbol bueno, tú sabes ese caso que el animo corba y que me asombra: Fué en un instante de fulgor escaso. foc bajo el incendio de un Oc. Yo sé que su mortaja fué la sombra!
Arvol sonoro, canta con el viento la gloria de la noche.
el límpido manantial de grato ncento, el carro de la tarde que va lengo la azucena de nevado broche.
El centie spitalario de los nidos y el himno de las aves en sus nupciss 1e alegran. Los rosales florecidos te mandaron inciensos. y, esparcido: aronus en los cefiros, las fusias. Si losientos con impetus traidores, te azotan por los fiancos.
si sufres, no revelas tus dolores: entonces te aderezas con tus fores y el viemo aroman tus capollos blancos.
Buen dírbol quién tuviera tu estoicismo!
Por tu grave quierod te reverencio!
Siempre te hallo impasible. siempre el mismo; 110 te iamua ni el lambre del bismo; semejas una esfinge del silencio.
El imbar del crepúsculo se enroca.
como si fuese luminoso broche.
en tus inquietas frondas, donde queda un pliegue de la rúnica de seda que cubre la grandeza de la noche.
Tú no marchas, vo sigo mi camino por la ruta escabros de la vida: YO SOY otro cansado peregrino que bajo el fardo del color me inclino mirarme la sangre de la herida.
Ia berida de la lucha par llegar la cumbre de un ensueño: es mucho mi dolor. ui pena es muchas hoy nadie, sólo tú, mi queja escucha. Adiós. Hastat la cima de mi empeño. el dirbol se quedó. siguió el pocit cantando por la rura sus dolores, y al perderse va lejos, se situeta.
mandole el árbol, con la brisa inquieta tly beso perfamado de sus fores.
LISIMACO CHATARRIA

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